Empieza a ser alarmante la falta
de lluvias en la península, los embalses y pantanos están en los niveles más
bajos, quizá, de la historia reciente. En las ciudades el aire se hace
irrespirable, no se limpia la atmósfera y los vehículos no dejan de contaminar
cada día. Es tiempo para que las autoridades tomen medidas efectivas y
preventivas para evitar males mayores. Dos cosas son fundamentales: seguir
teniendo agua para beber y poder respirar un aire, medianamente, saludable,
para evitar enfermar. La carencia de ambas ocasionaría un incremento de
personas a tratar en los hospitales, lo que significa un mayor gasto en
sanidad, cuando el Gobierno lo que está tratando es de reducirlo aunque dicho
ahorro sea contrario al bienestar de la población.
Habría que estudiar los recursos hídricos
actuales, si son suficientes para abastecer a toda la población española o,
tenemos que construir más centrales desaladoras, que acondicionen el agua del
mar para ser potable y poderla inyectar, una vez tratada, a la red de
abastecimiento de las ciudades y pueblos. Habría que aplicar unas normas que
evitaran seguir contaminando las ciudades y, para ello, yo tengo un plan que
pensé hace algún tiempo: Todas las localidades deberían habilitar terrenos en
las afueras de los cascos urbanos, que hicieran la función de parking. Tendría
que ser obligatorio dejar los vehículos en esos lugares y, desde ellos,
saldrían transportes públicos en todas las direcciones. Por supuesto, dichos
transportes públicos deben ser movidos por energías limpias y no expulsar gases
tóxicos de ningún tipo. Tan solo podrían circular por las ciudades los
vehículos eléctricos, los peatones o los ciclistas y el problema se habrá resuelto.
Lo que no se puede hacer es dictar
unas normas, recomendarlas y, al mismo tiempo, incumplirlas, blandear, no
atreverse a ser contundentes cuando la salud de la población está en riesgo
real. De hecho, hace unos años siempre hablaban de la contaminación de Madrid o
Barcelona, pero ya son otras grandes ciudades españolas las que están igualmente
afectadas por rebasar los límites de sustancias o partículas en suspensión en
el aire que respiramos. Los sanitarios indican que respirar a diario ese aire provoca
enfermedades pulmonares graves, ¿a qué están esperando para actuar?, ¿quieren
seguir haciéndoles el juego y el negocio a las farmacéuticas? Pues de poco les
sirve ya, ahora saben que la sede mundial del medicamento no vendrá a España.
En estos temas de sequía y aire
contaminado, como en otras muchas cosas, los gobiernos no se moverán hasta que
las consecuencias sean irreversibles, mucho me temo que será así debido a la
pasividad de muchos gobernantes. Todavía recuerdo cuando comenzó a actuar el
Ayuntamiento de Madrid y todos le criticaban… hay demasiados energúmenos sueltos
en este país. Estos insensatos son las piedras del camino con las que hay que
tropezar, impidiendo que el desarrollo se dé, o en su caso, se ralentice.
No hay comentarios:
Publicar un comentario