Cuando hay desgobierno, todo es
posible, hasta que los que han robado mucho estén en la calle y los que
defiendan otras ideologías, aunque sean contrarias a una ley antigua y que
algunos no quieren modificar porque les beneficia y permite escapar de la acción
de la justicia, estén encerrados.
Estamos viviendo el mundo al
revés y, lo peor, es que nos han acostumbrado a verlo con esa lente, la que
provoca normalidad de lo que no lo es. Gobiernan los corruptos y no hay forma
de echarles, la ley no lo prevé, tendremos que esperar cuatro años de
sufrimiento y pobreza, cuatro años más de robo y saqueo a lo que es de todos. A
eso me refería con las lagunas de las leyes antiguas, que están ahí porque
beneficia a los políticos para que cometan todas las tropelías que se les
ocurren y las que tienen proyectadas. El mal lo han convertido en parte del vivir
diario, es parte de la gestión de desgobierno que están llevando a cabo.
Nos están robando dinero, pero
también nos están robando tiempo que no tiene precio. Nos están robando
progreso al dejar de ingresar en nuestras cuentas y hacerlo en las suyas. Se
producen recortes o congelación de sueldos y pensiones, pérdida de poder adquisitivo,
porque el dinero se malversa llevándolo a donde no debe estar o se paga en demasía
para que proporcione comisiones al partido. Lo que vivimos es un atraco que ni
la policía tiene poder para frenar ni a los jueces o fiscales, que sí lo
podrían hacer, les da la gana de escindir. No hay independencia de poderes. Los
jueces y fiscales están a las órdenes del desgobierno que tenemos, aunque digan
lo contrario… estaría bueno que lo dijeran… nos tienen vendidos, estamos sin
protección, somos “violados” sistemáticamente por el sistema comandado por
sinvergüenzas trajeados y seguidos por colocados a dedo que están a su
servicio, no al servicio de la ciudadanía que es la que les paga… más
lamentable todavía.
Siempre le doy vueltas a lo que
para mí es la clave, intervenir directamente en el Gobierno, o sea, cómo podría
la ciudadanía ordenar al Gobierno, que son nuestros empleados para que hagan lo
que la ciudadanía decida… eso es democracia y no lo que se ha instalado como
falso sistema democrático. Miren lo que han hecho con el asunto de Cataluña,
han despertado a las fuerzas que son sus raíces, para disimular le llamaron los
que estaban callados, silenciados o dormidos, pero han resultado una minoría de
fascistas exaltados, violentos y, a veces, peligrosos. Han ocupado las calles
mostrando signos fascistas y canticos propios de regímenes de otro tiempo, obligando
a los transeúntes a cantar con ellos o decir: ¡Viva España!, o los muelen a
palos, puñetazos y patadas… actúan como bestias… son unos bestias. Para
demostrar que están cerca al desgobierno, solo ver que lo hacen, en ocasiones, delante
de la policía, los jueces y fiscales tienen conocimiento como lo tenemos toda
la ciudadanía, pero nadie mete mano… son de los suyos, cómo van a segar los
brotes. Estos deben ser los brotes verdes a los que tanto se refería el
desgobierno del PP. Es broma, recuerdo que lo decían haciendo alusión a la supuesta
recuperación económica. Esa recuperación económica de una España que crece más
que nadie, pero que la ciudadanía no llega a ver ni a percibir. Nuestros
bolsillos siguen vacíos, no sabemos a dónde está yendo el dinero de la
fantástica recuperación, aunque mucho nos tememos que ha cogido camino a paraísos
fiscales y cuentas propias de personalidades y autoridades mangantes. La
corrupción es muy costosa y todo sale de nosotros, todo se produce a costa de
nuestro bienestar y nuestro progreso como sociedad y como individuos. Los impresentables
que nos desgobiernan, no me sale llamarle: “que nos gobiernan”, están
arruinando el futuro de varias generaciones. Están dejando sin aspiraciones a
un montón de criaturas, peligran las pensiones por una artimaña urdida para
erigirse en salvadores de los pensionistas y comprar su voto… ya lo veremos.
Hasta aquí un nuevo capítulo de vivir en el cieno del PP.
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