Imagen: https://alienameesta.wordpress.com
Unas lágrimas por la humanidad,
unos gritos por todos los pobres del mundo, unos abrazos a todas las personas
que nadie les dice: te quiero, y sienten ese vacío, se sienten abandonadas, no
tienen padres que se lo digan cada día mientras son agasajados, abrazados,
besados. Desde aquí, quizás, no puedo resolver tu problema, pero mi energía la
proyecto para que te acompañe, para que esté contigo, para que no te sientas
solo/a. Pienso en ti que estás enfermo y deseo que mejores. Pienso en ti que
estás sin trabajo para que hoy consigas uno nuevo. Pienso en ti que no sabes si
comerás hoy, para que encuentres un plato de comida cada día. Pienso en ti que
estás aterrorizado con la situación bélica, para que no se vuelvan a escuchar
más explosiones, para que no caigan más bombas y no derriben ningún edificio
más, para que no mueran más personas en tu país y para que puedas volver a salir
a la calle a pasear o jugar. Pienso en ti que te dejaste atrapar por una adicción
de la que no tienes voluntad suficiente para abandonar, para que tengas fuerza
y constancia para dejarla atrás, como algo de tu pasado. Todas las personas nos
merecemos ser felices y para ello hay que depurar el interior, sin que lo de
fuera sea demasiado alborotador y nos agite en exceso, al menos al principio
hasta darnos cuenta de que si dentro el trabajo está hecho, cada día dependerá
menos nuestro estado de ánimo y felicidad de lo que suceda afuera.
Somos todos uno, en este caso
una, la humanidad y debemos poner nuestra inteligencia al servicio de nuestro
desarrollo personal y colectivo. Lo uno no debe impedir que el otro también
sea. Estamos para crecer todos, porque cuando se crece interiormente, la
conciencia se expande y tienen cabida los otros, así lo he aprendido, por eso
no puedo decir otra cosa, así lo he vivido. Cuando la conciencia se expande no
solo nos importan los seres cercanos, sino que comenzamos a pensar y a sentir
al resto de los pobladores del Planeta. No hay ayuda posible a los demás, si
primero tú no estás bien, por tanto, debemos hacer los deberes nosotros para
alcanzar el punto adecuado y poder ayudar a los que se van quedando atrás. Hay
que contagiar a los demás con nuestros actos de comprensión y amor, con nuestra
solidaridad y cooperación. La condición humana implica un comportamiento humano
y, actualmente, la sociedad se ha desviado, principalmente, por egoísmo y
avaricia. Ser rico es el sueño de muchos y hacen lo que sea por conseguirlo,
pero eso no significa que lleguen a ser felices. Tener muchas cosas no es signo
de felicidad. Se puede ser feliz sin tener nada propio, sino sintiéndose útil
para los demás, ayudando, logrando la felicidad de los demás, amando a los
demás. Cuantas más cosas tengas, de más cosas te has de ocupar y preocupar, a
veces, lo maravilloso reside en la sencillez, en la no complicación.
Siéntete bien por ser tú, un ser
inigualable, un original irrepetible, único/a, tienes unos dones y cualidades
personales y genuinas. No tienes que imitar a nadie, no tienes nada de qué
avergonzarte… eres tú. Nadie es más ni menos que tú, somos iguales, somos lo
mismo, energía de vida, inteligencia y emociones… ¡ámate! Ese es el primer
paso, acéptate como eres, para poder comprender a los demás y aceptarles como
ellos son. Tienes otro día maravilloso por delante, comienza a vestirte con
alegría, dispuesto/a a aprender de las situaciones que se darán. Tienes la
oportunidad de ser un poco mejor hoy, no quiera que los demás cambien, dales su
tiempo, ten paciencia y con tus actos muestra el camino sin exigir nada a
nadie, respétale, ámale… transforma tu mundo y crearás una revolución a tu
alrededor, que se difundirá más allá de donde puedas imaginar.
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