No he querido alargar el título, pero hubiera sido justo haber añadido: y otras rigideces dictatoriales. Ya han sido varias veces las que hemos escuchado que alguien de un partido a la hora de votar un cierto tema que se le hace muy cuesta arriba, por motivos personales, éticos, morales, o de la índole que fuere, ha votado en contra de lo que ha ordenado el partido, o bien se ha ausentado con tal de no verse en el aprieto de contradecir a su partido, claro, se entiende contradecirle de frente, con la cara presente, se ha salido o no ha ido a la votación, resultando sancionado por el partido. Pues bien, tengo que hacer algunas consideraciones al respecto: Es evidente que si alguien no coincide con el sentir ideológico de un partido, no esté dentro del mismo, pues es irracional del todo, que busque otras mejores opciones o coincidencias con su pensamiento. Pero lo que no es de recibo, ni está de acuerdo con ese Estado de Derecho que propugnan muchos, con esas libertades aparentes que dicen otros que tenemos, o con la misma libertad de expresión, etc., es que cómo alguien de un partido no va a estar en desacuerdo con ciertos temas que el partido, por la conveniencia que sea, tenga a bien derivar o virar para donde le apetezca. Claro que es de lo más normal, nosotros, ninguno de nosotros está al cien por cien con todo lo que "inventan" los políticos de los partidos que podemos seguir más de cerca, incluso votarles. Yo estaba en esta última posición, hasta que el nivel de hartazgo por el abuso y la corrupción me ha indicado y concienciado que es mejor no votar, ignorar a los políticos; porque entendí que los políticos no son los que vendrán a salvarnos de nuestros problemas, sino que son parte del problema y se deben a los dictados de los de arriba, de los que tienen las grandes fortunas, y de algún modo influyen para que sus marionetas legislen lo que a ellos interesa. Es por ello que ir a votar es un circo, una pantomima democrática, que los políticos tuercen a su antojo con los pactos de conveniencia y rivalidad entre partidos y regiones de España, por lo que se acentúan las diferencias y las ventajas entre los propios españoles, dependiendo de la Comunidad Autónoma donde vivan.
Se equivocaron por avaricia de poder y pretender sostenerse arriba, legislaron para hacer posible que no se atendiera, de un modo nada democrático, los resultados de las urnas. Dando como consecuencia, ventajas monetarias y fiscales para unas regiones frente a otras o el resto del territorio español, así como gobiernos plurales que no se asemejan a lo que los ciudadanos votaron. Los Gobiernos lógicos y democráticos, desde mi punto de vista, son los que se conforman con todos los partidos elegidos en elecciones, en las proporciones alcanzadas en los recuentos. Esos si serían gobiernos multicolor, donde sí estarían representados todos los votantes, y aún quedaría por resolver qué hacer cuando el número de no votantes fuese mayor que el de votantes. Hay mucha tela por cortar, lo que ocurre es que los políticos, con el poder usurpado a la ciudadanía, engañándole, estafándole y hasta saqueándole casi siempre, han condicionado todo para hacer lo que más les conviene a ellos, que no a la democracia o a la ciudadanía.
Terminando, decir que tendría que ser posible seguir siendo persona con principios dentro y fuera de los partidos, y no borregos con cabezas gachas. Es antidemocrático y dictatorial, sancionar a aquellos miembros de los partidos políticos, que en momentos puntuales discrepen con ciertas determinaciones que sus partidos adopten. No se puede estar de acuerdo con todo, y el precio para seguir trepando es callar y asentir con la cabeza... hacer mucho la pelota, como vulgarmente se conoce.
Seguiremos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario