A veces cuesta bastante encontrar aparcamiento en el parking de un centro comercial según a qué horas de mayor afluencia de público, pero no es así para ciertas personas que son de otro nivel. A estas personas no les cuesta nada encontrar aparcamiento, pues lo dejan en donde primero les pilla, sea zona para movilidad reducida, por supuesto sin tener ningún grado de discapacidad, bien en la zona rallada para el transito de las personas con carritos de compra.
Una muestra más del egoísmo de esas personas, que solo piensan en su propio beneficio, van a lo suyo, en México, serían unos pendejos, aquí unos listos para unos, unos sinvergüenzas, para otros. Pocos dicen algo, nadie se enfrenta a nadie, ni siquiera el Centro Comercial avisa a las autoridades, tal vez ni esa acción tendría resultado, pues su cometido es vender y la policía podría argumentar que es zona privada del establecimiento y ellos no intervienen en esos lugares. O sea, territorio comanche, Dow City, la ley del más fuerte o del que dispare más velozmente. Como todo en la sociedad, es un gran problema que la gente no llegue al mínimo nivel educativo y cívico requerido para que todos nos hagamos la vida un poco más cómoda.
En el caso del parking tenemos los ejemplos citados, ¿y en las urbanizaciones de casas adosadas o cercanas unas de otras? Hay personas que parece que viven solas en medio del campo, ignoran totalmente a los vecinos, no les respetan en absoluto sea la hora que sea, ellas van a lo suyo, hablan en voz alta, gritan, ponen la música a un volumen inadecuado, dejan que los niños se lleven todo el día chillando, no se les escucha reprenderle o corregirles. Están rodeados de viviendas, pero ellos siguen como si estuvieran en medio de un descampado.
No hay educación ni principios, por eso funcionan como funcionan, molestando, perturbando la tranquilidad de poder mantener una conversación con tu pareja, de leer un libro, de ver una película o, sencillamente, sentarte en tu terraza o patio a contemplar el cielo o dejar volar tu imaginación. ¡Imposible! el griterío está presente, parece que nadie les ha enseñado los valores de la convivencia, y difícilmente los van a adquirir, porque por ellos no hay demanda alguna de que así sea.
Seguiremos...
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