Como saben el presidente de Argentina, Milei, ha venido a respaldar o dar apoyo a Abascal en su mitin por las europeas. Con motivo de ello salió en mi sesión de YouTube un video presentación de su último libro y habló de ciertos aspectos económicos que me gustaron, salvo cuando defendió que la relación laboral debiera ser una negociación privada entre trabajador y empresario, quitando el arma que significa la negociación colectiva, los convenios. O cuando se afana en revolcar por la mierda todo lo que signifique socialismo, sin que yo me sienta especialmente incluido en los que se desvivan por esta o alguna ideología concreta, más que por mi propio sentir. O cuando se refiere despectivamente a la izquierda en general, que él les llama los zurdos.
En el tema económico, como economista que es, le vi seguro de lo que estaba haciendo en Argentina, de cómo estaba tratando de paliar las deficiencias y solventar los agujeros de aquella, que en otro tiempo, fue una gran economía, una potente economía. En eso fue valiente, se metió con bancos, con inversores, con la deuda, con el adelgazamiento necesario de la Administración Pública, y hasta me pareció que transitaba por una vía de decencia poco frecuente en los políticos actuales. A pesar de ello, como dije antes, en cuanto se refiere a la izquierda o al socialismo es tan drástico como agresivo y visceral, afea cuanto de bueno o racional hubiera expuesto en pos de un avance en todo el asunto económico de su país.
En el mitin de VOX se llevó un baño de aplausos, la gente no dejaba de agasajarle, de ponerse en pie, y él sabía fantásticamente hacer las correspondientes y frecuentes pausas para que los aplausos, la ovación de los presentes, ensordeciera el recinto. Reconoció en varias ocasiones a Abascal que fuera el único que en el pasado, cuando nadie creía en él, se levantara y le diera un abrazo, le apoyara, creyera en él, así que Milei había venido a devolverle el favor y aquella actitud que tanto había valorado. Siempre se ha dicho: Dios los cría y ellos se juntan.
En definitiva, en el tema económico estoy a medias con él, con algunas cosas que me parecen razonables de lo que está haciendo, y de la actitud con la que lo hace, parece que con decencia y evitando en gran medida la corrupción reinante en el mundo político, pero me distancio en cuanto se pone el traje de combatiente de la ideología de izquierda, a pesar de que no me siento especialmente de ningún palo, pero soy trabajador y he sufrido la presión empresarial, por llamarle de algún modo, durante casi toda mi vida, y todo no es ni blanco ni negro, nada es totalmente inservible o pésimo, ni lo otro es maravilloso, puede haber propuestas buenas en ambos lados, y lo inteligente es saber aprovechar lo bueno de cada lado, venga de donde venga, para conseguir ese bienestar que todos dicen perseguir, pero que sea para el total de la gente, no para los bolsillos de unos pocos, como casi siempre sucede y a lo que nos tienen acostumbrados.
Seguiremos...
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