Imagen: www.armilla.es
Pistoletazo de salida para el nuevo espacio circense electoral, en este caso, los partidos vuelven a cobrar por votos, escaños y demás privilegios que ellos mismos legislan para que les llegue el dinero a sus cuentas bancarias, y lucha de acusaciones, insultos y descalificaciones, con tal de mantener la cabeza metida, y si se puede para meter a más de los suyos. Que ser eurodiputado no es ninguna tontería para la cartera personal del eurodiputado, y un gran derroche para la caja pública.
De nuevo otro espectáculo circense, una nueva tomadura de pelo a la ciudadanía europea, pues salgan los que salgan, como siempre mandan los que mandan, casi todos o todos ausentes de las listas de partidos a votar, pero eso sí, estarán bien presentes a la hora de moderar por donde deban ir los asuntos europeos e internacionales, casi siempre atendiendo a principios mercantiles de su incumbencia, no a los intereses de las poblaciones europeas. Ellos abogan por un globalismo que excede cualquier frontera, menos las propias de sus cuentas bancarias. Todo el globalismo y la geopolítica, que obligan a ejercer, desemboca en sus contabilidades en forma de beneficios.
Como sucede en cada país, ya hay cantidad de parásitos comiendo del dinero público, de los impuestos de los ciudadanos, no necesitamos más, no necesitamos duplicar y triplicar las cabezas de poder sobre la ciudadanía y a costa de ésta. Los de arriba se reúnen cada vez que les viene en ganas, por qué no se pueden reunir los presidentes de cada país europeo y, previamente consensuados los asuntos a tratar con sus gobiernos, y con sus parlamentos, llevar a la reunión esa decisión pactada por todos, mejor si nos consultan a los ciudadanos. De hacerlo así, no se necesita crear otra mastodóntica estructura de parásitos, todo se puede hacer igual o más efectivo, sin necesidad de ser saqueado al punto que lo somos todos los ciudadanos.
La política, tal como la ejercen hoy en día, se ha equivocado completamente, sirve al mercantilismo que antes citaba y no a los ciudadanos. Se aprovecha de ellos, no tiene problemas para legislar en su contra y concederse cuantas prebendas desee. Es cuestión de honestidad y decencia, pero de estas queda poco en los políticos, casi en general. Vote a quien vote, seguirán mandando los de siempre, ¡Se coherente, deja las urnas vacías! ¡Muestra tu desacuerdo con este circo!
Seguiremos...
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