Imagen: www.lasprovincias.es
Una vez más, como de costumbre, el gobierno nos compromete y nos mete en una guerra, ¿Quién coño es Pedro Sánchez para, en nombre de todos los españoles, postularse en contra de Rusia y a favor de Ucrania? ¿Qué razones hay, además de la presión americana, para apoyar a en país que ni es de OTAN, ni es europeo? Ahora todos hablan de la invasión que Rusia está cometiendo, pero a todos se les olvida el acuerdo entre EEUU y Rusia de no hacer avanzar la OTAN hacia las puertas de la frontera rusa, que se ha incumplido.
Los españoles no creo que hubiéramos votado a ningún partido para dejar de vivir en paz y ser amenazados por terceros, porque tu gobierno quiere hacer negocios con las armas. ¿A quién han preguntado si queremos posicionarnos en uno u otro bando de la contienda ajena?, y no con ello quiero dar a entender que me dé lo mismo que muera gente por no ser las nuestras, ¡no!, no estoy a favor de ninguna guerra, y como siempre he dicho - ¡ojalá todas las armas fueran de chocolate!- En los tiempos que corren ya deberíamos haber aprendido a solventar las discrepancias comerciales, geopolíticas, o de la índole que fuere, mediante el dialogo, el respeto, la comprensión, y hasta llegando a amar a nuestros semejantes.
No creo que nadie haya votado a ningún partido para vernos envueltos en posibles amenazas, o nos caiga cualquier día un misil como advertencia por el mal y dictatorial proceder de los que gobiernan. Estoy convencido que para no tener guerra hay que dejar de hacer la guerra, y aportar armas es como echar más palos a una candela, difícilmente se va a acabar el fuego. Sánchez acaba de firmar con Zelenski un acuerdo de ayuda a Ucrania mientras dure la guerra, y a mí me hubiera gustado haber tenido la oportunidad como la víctima en la que me han convertido, de haber decidido si quería o no estar en contra de Rusia, porque estar a favor de uno es estar en contra del otro, que a nadie se le olvide aunque nadie lo menciona por los mismos intereses por los que se firma el acuerdo anteriormente citado.
Seguimos bajo el mandato de una dictadura con disfraz de democracia, y con aparente soberanía de un pueblo al que nunca se le pide opinión de nada. Es así como se las gasta este sistema mafioso y corrupto al que muchos llaman las reglas del juego. Donde otros ven políticos, yo veo gánsteres.
Seguiremos...
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