La ciudadanía española se ha acostumbrado a la corrupción ejercida por sus políticos, y pareciera que la perdona o justifica, muchos dicen que todos roban y se quedan contentos con ello, ¡Vaya desgracia! Un buen número de casos de corrupción llevados a cabo por políticos de diversos partidos, no es suficiente para hacer reaccionar a la ciudadanía, ¡Tragamos con todo!, y cuando llegan las elecciones es fácil constatar que es así, que la gente introduce la papeleta sin tener en cuenta cuánta mentira, engaño, incumplimiento o corrupción haya cometido el partido que vota, ¡Los españoles tenemos grandes tragaderas!
En nuestra cara delinquen de muchas y diversas formas, no hay independencia de poderes, la justicia se encuentra maniatada en gran medida, sobre todo cuando se trata de investigar y juzgar casos de corrupción y delitos en general cometidos por ciertos apellidos de la élite, o cargos públicos relevantes, conocidos, famosetes, etc. La única justicia es la de los mafiosos, dándose como consecuencia de la misma, muertes repentinas, dudosos suicidios, fantásticas desapariciones de pruebas, asaltos a domicilios y juzgados, con la única intención de quitar de en medio lo que inculpaba a fulanito o zutanito, casi siempre con un acierto y eficacia que solo se dan en las ficciones de la gran pantalla.
A pesar de todo lo dicho y todo lo que ustedes saben y ha trascendido a lo largo de estos años de gobiernos mafiosos y corruptos: ayudas que se pierden, se malversan, se dan a familiares y amigos. Indultos por compensación de favores. Fuga o evasión de capitales a paraísos fiscales. Blanqueo de dinero por los métodos más burdos y diversos, sin que falten las famosas empresas pantallas, papeles de Panamá. Sobres con billetes de quinientos euros repartidos a tutiplén. Contabilidades en B, dinero negro a espuertas, estafa fiscal generalizada, etc., la gente sigue votando sin castigar a sus autores y encubridores, que de todo hay. Con los que llevan años atracándonos es imposible solventar los problemas que nos afectan. Esto no es una lucha de derecha contra izquierda, esto no va de eso, pues tanto unos como otros, además de su falta de honestidad e integridad o respeto hacia los ciudadanos, juegan en un terreno embarrado, bajo las normas de un sistema mafioso y corrupto creado por ellos mismos, donde quedan a salvo sus privilegios y el saqueo continuo de lo que es de todos, como medio de vida para todas sus señorías y demás cargos públicos nombrados a dedo por los diversos partidos que han ido tocando poder en algún momento. ¡Dejen de votar, por favor! ¡Dejemos las urnas vacías!
Seguiremos...
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