Ayer, día 26 de agosto, a las 9:38h, vino al mundo nuestra segunda nieta Davinia, con un peso de 3 kilos 450 gramos y una longitud de 52 cms. Todos pensaban que sería más ligerita, pero se equivocaron, ha sido una niña bien criadita, su mamá, Rosita, la ha alimentado muy adecuadamente, es cierto que se ha llevado todo un embarazo seleccionando muy bien qué debía comer y qué no. Haciendo gimnasia para embarazadas, y siendo tan menuda, muy cariñosamente dicho, porque la quiero como si fuese mi hija, y ella bien lo sabe, ha gestado a una niña grande, hermosa, bonita, sea dicho de paso, pero eso sí, comodona, no quieras mover al bebé, casi ni la toques, porque suelta su queja en forma de un llanto protestón.
Además de lo dicho, mejor no ha podido ir el parto, que con las características referidas de mi nuera, ha sido capaz de dar a luz por sus medios, quiero decir sin necesidad de cesárea ¡Con dos ovarios!, a pesar de que pasar la niña ha costado un poco para los que estábamos afuera esperando noticias, y me supongo que mucho para la mamá y el bebé. Creo ha necesitado algo de ayuda mediante el uso de fórceps, pero afortunadamente ahí están las dos con la prueba superada como dos campeonas que son. Ayer tarde ya estaba cogiendo el pecho, lo habían anticipado las pediatras que habían valorado a la cría, dijeron que no tendría problema para tomar el pecho porque le habían metido un dedo en la boca a la chica y succionaba a la vez que ponía la lengua en forma de cucharilla, así lo indicaron.
Nosotros tuvimos una espera un pelín larga en una de las salas del hospital, pero es normal, lo que sucede es que desde afuera todo parece eterno, no sabes cómo está yendo el parto, si hay o no hay dificultades, te imaginas los dolores, los esfuerzos, los problemas que puedan surgir, pero nada se parece a la realidad, y hasta que mi hijo nos envió una foto de su mujer con su hija sobre el pecho de su mamá, no te calmas lo suficiente. Es en ese momento que pones la foto en la pantalla de tu móvil, y ya no tienes ojos para otra cosa que no sea estar mirando todo el tiempo a tu nuera y a tu nieta Davinia sobre el pecho de su mamá. ¡Qué amor, que ternura, que emoción!, hay momentos en los que no puedes impedir que alguna lágrima se escape.
Después hablé con mi hijo, que estuvo en todo momento al lado de su esposa para asistir al instante en que su hija nace a esta nuestra dimensión existencial. Supongo su emoción, que tuvo que ser bestial, supongo su ilusión infinita, por ver físicamente a una hija que ha sido tan deseada y querida por ambos, por él y su mujer, por la que tanto han luchado ante la dificultad de conseguir un embarazo viable de forma natural. Ahí la tenéis, vuestra muy deseada hija, y me alegro infinito por ustedes. Espero podáis disfrutar de mucha salud para que tengáis una larga y gozosa vida los tres.
Seguiremos...
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