Como dicen en el anuncio
publicitario de Aquarius: “El ser humano es impresionante”, cada cual es un
tesoro de anécdotas vividas, a su vez sorprendentes, algunas cómicas y otras
dramáticas. Se podrían hacer cientos y miles de libros apasionantes, curiosos,
de todos los géneros, porque las historias de la vida de cada persona son tan
genuinas, que darían para escribir muchos millones de hojas de papel.
La biblioteca de Alejandría sería
comparada con los tomos recopiladores de las experiencias vividas de todas las
personas que pueblan la Tierra, sencillamente un quiosco de prensa.
Los relatos de lo que nos sucede
a diario darían para muchos libros, para muchas obras de teatro, para muchas películas
de cine, para hablar y hablar hasta el final de lo tiempos. Los estilos son de
lo más variopinto, desde la comicidad, pasando por lo normalito, y recalando, a
veces, en situaciones más lamentables, dramáticas o de mal gusto.
En ocasiones tu sales de casa, o
estás en ella tranquilamente, y vienen a crearte un momento que no esperabas,
te involucran en algo que tu no pensabas hacer, te dicen que hagas algo, te
hacen unos comentarios, o sencillamente te piden ayuda para algo comprometedor.
Otras veces, vas tranquilamente por la calle y aparece el que termina con la
tranquilidad del momento. También están los que se obstinan en destacar ante
sus amigos, vecinos, compañeros, etc., y van por el mundo provocando,
insultando, y procediendo de modo poco educado; complicándoles la vida a todas
las personas, no importa su edad, condición o sexo, que se cruzan en sus caminos.
Lamentablemente hay mucha gente
viviendo en la superficialidad, que es la que da pie a ese proceder ineducado y
despiadado con los demás. Hay gente tirada todo el día en la calle, y que por
norma son incumplidoras de las normas de la sociedad, que facilitan la
convivencia entre las personas de una vecindad. Hay gente de esta que hacen
cosas, inconscientemente, que están
jugando con la vida de terceros, o al menos poniéndolas en graves riesgos, a
causa de sus incivilizados comportamientos.
Afortunadamente, para esos casos,
o esa clase de gente “perdida”, hay hormas para sus zapatos, existen personas
ausentes de miedo, bravas, valientes, que son capaces de hablarles de tu a tu,
que es lo que necesitan algunos de esas personas. Es entonces cuando se dan
cuenta, de que no son los que se creían ser, que pueden ser humillados delante
de sus colegas o amigos, y de que ellos no son los únicos que pueden ir por el
mundo poniendo en peligro a sus semejantes; sino que hay otros que no se
amedrentan, y que les pueden cuadrar. El resultado, muchas veces, es que toman
conciencia de que obran mal, y se les abren los ojos, porque se juegan el tipo.
La violencia no va a ningún sitio
provechoso, y es de esperar que cada día nos demos cuenta más y más personas.
Los enfados, las discusiones, las criticas, los pensamientos negativos, las
voces, las peleas, y cualquier otro modo de comportamiento no recto, apartado
de la inteligencia, de la actitud humana y del amor, nos llevará a lugares de
insatisfacción, que gastan la energía que podríamos emplear en otras acciones
más provechosas. Por lo tanto, quedarán aparcadas en nuestra mente, a la espera
de ser resueltas, y siempre provocarán tensión, recuerdos, y vivencias no
acabadas. Pongamos todos de nuestra parte, para no incurrir en ofensas contra
nuestros semejantes, hagámosle la vida más fácil a todos los que se relacionen
con nosotros. Podemos hacer las mismas cosas, pero con mayor atención y
respeto, con más cuidado y delicadeza,, en los lugares más adecuados, no somos
menos por ello, pero si más grandes como seres humanos.
Confío en lo que somos, se de las
capacidades que tenemos todos y que podemos fomentar, y a su vez comprendo que
podemos elegir vivir pobremente, o acercarnos a la excelencia. No hablo de
perfección, cada cual con su visión de las cosas, pero haciendo un hueco para
que quepan las visiones de los demás, usando el sentido común para que todos
podamos compartir el espacio en esta existencia, e irremediablemente amando a
los seres vivos.
En este espacio-tiempo nos
cruzamos los unos con los otros en momentos diversos, en lugares diferentes, y
cada uno tiene algo para compartir con el otro y así recíprocamente nos
complementamos, aprendemos. ¿Por qué hacerlo por las malas, con dolor y
sufrimiento?
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