Permitámosle ser quien desea ser,
démosle la libertad de decidir qué, cómo, cuándo, quiera hacer las cosas.
Respetemos su derecho a equivocarse, como un principio de aprendizaje. Así que
dejemos de pensar y actuar por él.
Cada cual, además de ser uno con
todos, tiene la potestad de llegar a ser lo que quiera ser en esta existencia.
Por tanto, lo importante es que se desarrolle en aquello que desee, en aquello
que ame, y tendrá que darse cuenta en algún momento de su existencia, para lo
que está mejor dotado, qué es lo que le hace gozar y para lo que está dispuesto
a emplear su tiempo.
El tiempo en esta existencia es
limitado, y por ello es de vital importancia emplearlo en lo que te satisface.
No valen las excusas, todos tenemos las capacidades suficientes para alcanzarlo,
si no dejamos que los miedos comanden nuestras vidas, y por otro lado,
persistimos una y otra vez en la consecución.
Nuestro esfuerzo, a la larga
tendrá su compensación al hallarnos en el punto que habíamos previsto, aquel
que era nuestro objetivo. Pero claro está, que ningún camino es un camino de
rosa, porque nos embargan los miedos, se oponen todas aquellas personas que no
se han fijado un propósito como el nuestro, porque ellos no lo ven claro como
nosotros, porque aquello que para nosotros es importante, para ellos no lo es,
o por otras muchas razones ajenas a nosotros.
No podemos abandonar por ninguna
de esas causas, y por supuesto mucho menos porque a la primera o a la segunda
vez no hayamos dado en la diana. Los errores son las manifestaciones reales y
vividas, de cómo no tenemos que actuar, o de qué debemos modificar, para
alcanzar nuestro punto de destino. Por ello, no son nada despreciables, al
contrario, son una fuente inestimable de conocimiento e información
aprovechable. Así que los errores se cometen para aprender, para conocer y para
llegar a triunfar.
Rebobinando, habría que definir cual
es nuestro objetivo, a qué queremos dedicarnos, tener un plan de actuación, y
lo más importante actuar. A partir de ahí, aprender y aprender, persistir y persistir,
disfrutar y disfrutar, no hay más. Como tu decides a qué te quieres dedicar, y
como es lógico no has decidido algo que no te gusta, sino que por el contrario
tu target es lo que te da fuerzas para continuar, es lo que te hace soñar cada
día con conseguirlo, te ves desarrollando tu plan, viviéndolo cada día, desenvolviéndote
en ese medio, y te ilusiona, es tu vida, es realmente para lo que vives, es lo
que te llena. Todo eso es real y se transmite a los demás, si te organizas
adecuadamente, no existe el fracaso, no hay error posible.
Solo cuando decides andar, las
fuerzas del universo empujan para que des los pasos. Solo cuando la frustración
te hace parar, se crea una confusión, una falta de objetivo, y el universo no
sabe en que dirección empujar para ayudarte, hay contraposiciones de energías y
por tanto al contrarrestarse unas a otras hay inmovilidad. Así es difícil
avanzar, y mucho menos sacar adelante ningún proyecto. Tienes que vivir dentro
de ti la motivación de lo que te llena tanto que te haga soñar, planificar, que
te hace verlo ya funcionando, casi te vives como si ya estuviera completado tu
proyecto. Tienes que estar tan convencido y motivado que te levantes de un
salto de la cama, para darle forma a tu idea, y continúes viviendo el día modelándola,
y llegará la noche y te irás a la cama pensando, discurriendo, planificando,
igualmente ilusionado.
Poco a poco, tu idea y tu se hacéis
uno, por eso cuando llega el momento de ponerla en marcha, y trabajas con esa
misma motivación, que es la que inevitablemente compartes con todos aquellos
que te relacionas, tienes un poder de transmisión y comunicación, que va
impregnando, que llega, y eso vende. Eso representa triunfo, satisfacción,
éxito, motivación y crecimiento personal y profesional.
Por último, y ya que estamos en
la sociedad que se ha focalizado en la consecución del dinero como bien número
uno para muchos, si tu vas dando los pasos que hemos enumerado anteriormente, y
te hayas en ese estado propio del desarrollo con gozo de tu proyecto, dándole al
dinero solo la importancia justa, porque como ves hay mucho más y más
importante; el éxito en si ya es, pues es el propio camino que se está haciendo
en el día a día.
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