Un día salí de casa buscando algo
que me faltaba, miré en cada esquina, recorrí todas las calles, pregunté a
todas las personas que encontré, pero nadie podía informarme. Seguí buscando
hasta que se hizo de noche y volví a casa, cansado y triste, pues no había
encontrado aquello que buscaba.
No tenía apetito, solo deseaba
acostarme, alcanzar la cama y dormirme, dejar este día atrás y quedé en
silencio en aquella ausencia de luz que me envolvía, y perdí la consciencia
habitual, ya no estaba despierto. Fue muy rápido todo, me había acostado hacia
mi lado derecho, solo llevaba un par de minutos acostado, seguro que no había
transcurrido más tiempo, cuando entro en otro plano de consciencia, en el que
estoy totalmente presente. Es entonces cuando viene hacia mí un ser oscuro, veo
su forma, le miro a los ojos, le miro de arriba abajo, y aquella figura negra
parecía que flotase a una cuarta del suelo. Sus pies no estaban, esa forma
oscura aparecía recogida, hacia uno de sus lados, en su parte más inferior.
De repente, tal como llega a mi
lado, saca sus puños cerrados, con sus dedos índices flexionados por la falange
intermedia, y me golpea fuertemente en el pecho, precisamente por encima de los
pezones, con los nudillos de los dedos índices. Fue un golpe fuerte, que me
hizo caer muerto, si, eso es lo que yo sentí, que todo bajaba su ritmo, que mi
vida se apagaba. A partir de ese momento, me faltó el valor de vivir mi muerte,
es entonces cuando se interrumpió esta experiencia, despertando bruscamente y
comprendiendo que hay seres, a los que no hay que temer, que se mueven en otras
dimensiones, haciendo incursiones en la dimensión que vivimos habitualmente,
para ayudarnos. Esa fue mi conclusión.
Cuando pasaron algunos días,
descubrí un pasaje de un libro que estaba leyendo, donde a un discípulo le
ocurre lo mismo, cuando le pide a su maestro espiritual que le ayude a salir de
la situación de no progreso en su camino interior. En aquel momento, describe
que su maestro le miró, se dirigió hacia él y le golpeó del mismo modo en que
la figura oscura me lo había hecho a mí, unos días antes.
No se podéis imaginar el giro que
sufrió mi cabeza, cómo se desubicó del anclaje normal, fue alucinante poder
verificar, en una lectura, que aquello tan misterioso o mágico tenía un soporte
en papel, escrito por alguien que también tuvo una experiencia similar,
anterior a la mía, que ratificaba y daba veracidad a lo que parecía fantástico,
pero vivido estando presente.
Y ahora que cada cual llegue a
sus conclusiones, que cada uno piense lo que le parezca, y que crea si este
cuento es posible, ha pasado, es falso, es real, el personaje está chiflado, o
la vida encierra momentos tan maravillosos y enigmáticos como el relatado. Yo
que tú, estaría atento por si acaso, pues la vida es mágica, y como se suele
decir: sabemos de la misa la mitad.
¡Que lastima vivir pobres, cuando
podemos ser tan sumamente ricos!, entre todo esta maraña de historias en las
que estamos involucrados, puede haber un componente misterioso, un potencial
adormecido, que en ocasiones provoca chispazos de actualización, o acercamiento
a lo que podríamos llegar a ser.
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