Nadie nos
habla de la expansión de nuestra conciencia, por tanto, nadie nos habla de
zonas mágicas alcanzables cuando nuestra conciencia es mayor. Nadie nos
aconseja, ni nos educa para observarnos. Nadie le da importancia a nada de
esto, y es más, casi todos desconocen de qué estoy hablando.
No hemos sido
educado en el conocimiento de nosotros, esta es una materia que no entra en las
aulas debido a la ceguera contagiada que sufre el noventa o noventa y tanto por
ciento de la población. Es una materia que no interesa tocar, porque no
interesan los hombres y mujeres libres, y ausentes de miedos. Estos son
ingobernables, además de imprevisibles, han dejado de ser máquinas automáticas,
no siguen una programación prevista, sencillamente, no interesan, son peligrosos
para un sistema cuadriculado y calculado de intereses egoístas.
Casi todos se
levantan a diario para volver a correr una nueva etapa de la consecución del
dinero. Normalmente, esa carrera, en esas condiciones, no hace feliz a casi
nadie, pero no ven otra meta y no compiten por otra cosa que no sean mayores
cifras de ventas, más ratio de mercado conseguido, o más beneficios obtenidos.
Así un día y otro. Se dan bocados por quitarse las operaciones comerciales, se
buscan los puntos débiles de los adversarios, que son su competencia, así le
llaman. Les gustaría llenar el mercado de sus productos, al margen de la
situación económica del que compre, o si su producto es adecuado a las
necesidades del que lo compra. Muchas veces no atienden más que a las cifras de
venta, lo demás no les importa en absoluto.
No les importa
cuánto quemen a su personal, cuánto arruinen a sus compradores, cuánto anulen a
sus competidores, cuánto contaminen el Planeta, quieren beneficios, engrosar
las cuentas corrientes. Ellos no saben lo que están haciendo ni lo que están
provocando. No ven más allá de todo esto, y esto es solo una ínfima parte de lo
que se puede hacer, el resto es capacidad interior, el Ser, la verdad, la magia
de la vida, lo que somos, relegado al rincón olvidado del cuarto de los
tiestos. Lo más importante de nosotros abandonado e ignorado a su suerte.
Condicionado a las pequeñas alegrías del disfrute de cosas materiales, que está
muy bien, pero no cuando te privas del gozo continuado de una conciencia
expandida, de un Ser despierto y de un corazón por el que fluye un amor
incondicional hacia toda la humanidad.
Parecen temas
contrapuestos, pero realmente no lo son. Se pueden realizar negocios con
corazón o como depredadores salvajes. Se pueden respetar a las personas y al
Planeta, o se puede salir a cerrar las ventas a cualquier precio. El marketing
tiene esa misión, conseguir el cierre, la venta, mediante argumentos que
comienzan cuando el cliente potencial dice “no”. El marketing está al servicio
de todas las empresas que deseen posicionar sus productos en el mercado, sean
productores contaminantes o de productos innecesarios.
Todo no es
dinero y dinero. Hay una felicidad que no depende del dinero, que brota del
interior, de un estado del que emanan valores primordiales para que las
relaciones se den con respeto y amor. ¡Trabaje en la expansión de su conciencia
y su vida cambiará!
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