La opinión
pública se ha centrado en las acciones terroristas y se ha desviado la atención
de los casos de corrupción. Antes de que esto sucediera, los informativos y las
tertulias, así como la labor de todos los periodistas estaban centrados en
datos y más datos que iban conociéndose de los continuos delitos cometidos por
empresarios y políticos. Nombro a los empresarios porque ellos son los que
corrompen y los políticos los que se dejan corromper, para que ambos, como
sabemos, saquen tajada de la relación.
Al Gobierno,
principal partido que ampara en su seno gran parte de la corrupción de los
últimos tiempos, le ha venido de perlas este caso de alarma social terrorista.
Los focos se han dirigido hacia los crímenes y los terroristas, los bombardeos
y la venganza que pretende dar Francia junto a los aliados, y se ha retirado la
atención del latrocinio que año tras año se ha venido cometiendo en nuestro
país. Además, estar en la antesala de unas elecciones tan importantes, ha sido
el momento justo para que nuestro Presidente pudiera mostrarse como solidario
con las demás fuerzas, ahora se reúne con todos aunque sea para comentar el
último partido de la selección. Antes legisló salvajemente en contra de los
intereses de todos los españoles, menos de los que seguían enriqueciéndose con
la crisis, a base de decretazo semanal y, para ello, jamás contó con la opinión
de ninguna otra fuerza política.
Estas
elecciones del próximo 20 de Diciembre son muy importantes. Se pone en juego el
continuismo de las políticas que nos han hecho perder nuestros derechos, seguir
arrodillados a lo que pretendan Merkel y sus acólitos, o forjar un marco
político nuevo, diferente que revierta poder a la gente y mejores condiciones
económicas, laborales, etc. Como vimos con Grecia hay un techo de maniobra,
fijado por los poderosos, pero hasta llegar al techo se puede redistribuir mejor
lo que haya, o seguir beneficiando a los que más tengan, como se ha venido
haciendo. Lo que ha propiciado que la brecha entre ricos y pobres se haya
incrementado, o que el número de ricos haya aumentado, cuando las condiciones
marcadas por el “ingobierno” nos han perjudicado al resto de la población.
Yo quiero
vivir mejor y quiero que todos lo hagamos. Comprendo que hay un techo de
gastos, y que quizás no haya dinero para todo, pero entiendo que hay que hacer
las cosas con corazón y amor hacia los ciudadanos, que es la piel que les ha
faltado al “ingobierno” que tenemos. A mi no me convencen porque graben un
video donde se reúnen para decir que no han sabido comunicar o que les ha
faltado piel. Les faltó corazón cuando legislaban contra los ciudadanos, cuando
no repartían lo que había, adecuadamente, entre todos. Cuando han modificado
leyes para dejar personas paradas sin ingresos, o dependientes sin ayudas.
Cuando se hace esto o se ponen al lado de los bancos y los salvan a ellos, en
lugar de salvar a las personas de su país, lo que ha faltado es corazón, no
piel.
Basta ya de
ser unos seres fríos y desconsiderados. Los seres humanos somos otra cosa bien
diferente, piel tenemos todos, inteligencia unos muestran más que otros, pero
corazón no se tiene porque se diga, sino que se demuestra con los actos. ¡Qué
hermoso sería trabajar con auténtica vocación y honestidad!, otras cosas que
les faltan a nuestros políticos, a muchos de ellos.
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