Los grandes
analistas de la guerra, de la política, del terrorismo y de las sociedades árabes,
sabrán cómo se ha llegado al punto donde estamos, pues aquellos que con sus
actos nos han traído hasta aquí, que apliquen las políticas que nos devuelvan a
la tranquilidad y a la paz.
Ya no se trata
de buscar culpables y llevarnos toda la vida en la disputa, sino de actuar y
arreglar el asunto. La violencia solo va a devolver violencia, las bombas solo
van a traer más terror y más horror. La bravuconería y la venganza son malas
armas para el dialogo y la solución del problema, tanto por un lado como por el
otro.
Parece que se
hubiera activado la negatividad en el mundo, a las dificultades económicas,
laborales y sociales, se suma el terrorismo y la violencia de la guerra. ¡Qué
no!, ese no es el camino. El uso de las armas tiene un alto coste en vidas y en
dinero, y las consecuencias nunca serán las deseadas. El herido siempre tratará
de defenderse e, incluso, vengarse, y esto se convertirá en una ruleta que no
dejará de dar vueltas alrededor de la destrucción de unos y otros.
Tú no tires
bombas en territorio ajeno al tuyo, no jodas fuera de casa, y si te atacan,
entonces, tienes que defenderte, tienes que repeler el ataque. ¿Estamos seguros
de que esto ha sucedido así, o algunos han jodido antes en las tierras de los que
ahora siembran el miedo y asesinan? Yo creo que el trío de las Azores está muy
callado, algo saben de esto y de las inexistentes armas de destrucción masiva.
Siempre nos
están manipulando u ocultando información. Todos sabemos que algunos países han
actuado de una manera poco ética y moral con otros países. Algunos se han
aliado con unos por intereses comerciales, aunque fueran lo peor de lo peor.
Algunos países poderosos han tratado de espiar a otros controlando sus
comunicaciones, infiltrando espías, creando milicias para que combatieran un
régimen que deseaban modificar o anular. Desde siempre ha habido demasiado
juego sucio, y de estos desarmados procedimientos surgen reacciones
inesperadas, porque la ambición es desmedida, la avaricia voraz y la manipulación
terrible.
No todos los “buenos”
son tan buenos, ni los “malos” son tan malos. No todos los aliados están
contigo como debieran, cuando te están espiando, te tienen pinchadas las
comunicaciones para adelantarse a tus decisiones de Estado, crean una crisis
financiera mundial, roban tu petróleo, o venden armamento al bando equivocado.
Quiero decir
que no las aparentes relaciones entre “demócratas” son tan democráticas, tan
limpias y transparentes. No las son en absoluto, esa es mi impresión. Se reúnen
en las cumbres elitistas, en las que solo tienen cabida los que ellos quieren y
tratan de ponerse de acuerdo sobre las cuerdas que van a tensar. Eso sí, sin
que el tema económico se quede atrás, la manita de los poderosos siempre está
presente y cualquier movimiento a quienes no puede joder es a los del dinero.
Así que todas las medidas, todas las políticas y todos los acuerdos siempre han
de rentar a los de siempre, que mueven a los que tienen puestos al frente de
cada país, como si fuesen marionetas.
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