Alguien tiene el propósito de que
solo seamos números en la sociedad, números para dar un resultado en sus
diversas estadísticas, números que pagan impuestos y a los que se está
aplicando, con total ferocidad, aquella regla empresarial antigua: Por el menor
dinero que le de, ha de hacer el máximo trabajo posible. Esto está sucediendo
de distintas maneras, ahora el juego es tener contenida a la ciudadanía dándole
los menores o peores servicios, aquellos que mantenga a la población a punto de
explotar, pero que no lo haga.
En estos momentos se están dando
las peores condiciones en todos los apartados que afectan a los ciudadanos, y
los brotes no son verdes sino de rabia, la gente no deja de manifestarse con
razones sobradas, hay peligro de una revolución, de ahí la contundencia con la
que ordenan a la policía que actúe, de ahí la descabellada legislación de
represión, al más claro estilo dictatorial.
Este Gobierno tiene la facultad
de funcionar como una máquina del tiempo, ya que con su mal hacer nos ha
transportado a otro tiempo de pobreza y represión, solo nos falta que nos de el
mensaje aquel tan famoso: “Españoles todos, estamos reunidos aquí en la Plaza
de Oriente,……, ¡Arriba España, viva España!”. Los resultados de la política del
Gobierno actual al que no culpo en solitario, pues considero que la lamentable
y abusiva situación actual, es la consecuencia de la labor fatal de los
diferentes Gobiernos que ha tenido la nación; han representado una vuelta a
tiempos pasados en cuanto a derechos adquiridos, los cuales los ha aniquilados
en tan solo dos años de Gobierno. Hemos pasado de un bienestar bastante
aceptable y más o menos correspondiente a una sociedad productiva, al desastre
diario de los cierres interminables de empresas, a los despidos masivos a bajo
costo para los empresarios y a las denigrantes declaraciones de señores, bien
acomodados, como el impresentable presidente de la CEOE o al ninguneo que
sufrimos por parte de ciertos individuos de organizaciones europeas, que no se
quién les habrá dado velas en este entierro, nunca mejor dicho, el caso es que todos
se sienten con potestad de dictarle al inútil Gobierno actual, lo que debe de
hacer y lo que no.
Cualquiera de estas formas de
actuar indirectas o por boca de terceros, nos están repercutiendo, nos están empobreciendo,
nos están dejando sin empleo, y siguen funcionando como interesa a los que
están enriqueciéndose de esta situación, sin que los torpes lameculos que nos
gobiernan hagan nada, porque habrá que ver de que forma les están untando, de otro
modo no se entiende. Por otro lado no es nada que nos coja de sorpresa si
echamos un vistazo al grado de corrupción que ha venido acompañado de esta
crisis, parece que en España han dicho: “Esto está fatal, cojamos cuanto
podamos, pongámoslo a salvo en paraísos fiscales y como dijo Montoro, si España
se hunde, que se hunda”.
El despropósito no puede ser peor
porque peor sería imposible, ya le han dado la vuelta a España, la han puesto
boca abajo, y no dejan de caer los dineros, a todos se nos han salido de los
bolsillos y no sabemos a donde han ido a parar. Las noticias dicen que mucho
del dinero saqueado y no empleado en aquello para lo que fue concedido, fue a
parar a facturas falsas de los sindicatos, a mariscadas, a fiestas, a cuentas
en Suiza, al colchón del Sr. Lanzas, a la cocaína de algunos cargos de la Junta
de Andalucía, a los Eres fraudulentos, a la financiación ilegal del PP, a miles
de subvenciones a amiguetes, otra parte se la llevo Bárcenas, etc., porque esto
es la historia interminable, la vergüenza más grande jamás cometida y conocida,
es ahora cuando estamos viendo y comprendiendo en manos de quiénes estamos,
aquellos que están gobernando en diferido, a través del plasma, que no dan la
cara, que indultan a los corruptos, delincuentes y maleantes. En definitiva,
estamos en manos de un Gobierno ilegal, que presentando un programa, dando
esperanzas, aprovechó el resultado de las urnas para dar un golpe de Estado
implantando otra política diferente a la prometida, de intereses ajenos a
España y a los españoles, no hay más que ver los resultados obtenidos; y esto
no se olvida.