Debido a la problemática de las
personas que tenemos una cierta edad, que nos encontramos en el paro y a la
dificultad para encontrar un nuevo empleo, precisamente por el hándicap que
representa nuestra edad, vengo observando que realizamos varios cursos de
formación para el empleo pero que no por ello tenemos una mayor facilidad para
encontrar trabajo.
Amparándome en los expuesto, se
me ha ocurrido que la inversión efectuada por Europa y el Gobierno para paliar
este grave problema del desempleo, podría ser de mayor aprovechamiento si se
pusiera en marcha una estrategia diferente y directa para que provoque la
inserción de las personas al mundo laboral. Esto sería posible si se impartiera
formación al mismo tiempo que se trabajara, como se viene haciendo en los
llamados talleres de empleo, pero constituyendo cooperativas desde el mismo
momento del comienzo de la formación. De este modo, al finalizar el taller de
empleo, se llevaría rodando 1 año en la actividad de que se tratase, y si se
hubiera constituido procurando seleccionar a las personas adecuadas para el
proyecto de cooperativa, seguramente después del primer año estaría
medianamente afianzada en su sector profesional.
Tiene una ventaja sobre el
desarrollo actual de estos proyectos, que la gente los aprovecha para estar un
año ocupados y cobrando, pero que al final del taller de empleo la gente vuelve
a quedar sin empleo. De la forma que expongo, al final del año, esas personas
tienen una cooperativa dedicada a un oficio o profesión determinada, que ha
estado trabajando durante un año mientras que sus socios cooperativistas han
adquirido formación y experiencia, por lo que es más fácil que se prolongue en
el tiempo, ¿no creen?
Creo que al tema de la formación
para el empleo hay que darle una vueltita, tratando de buscar formulas
parecidas a la que refiero en este escrito, para que al final la inserción en
el mundo laboral sea más directa. De lo contrario, se gasta dinero
constantemente, se consumen esfuerzos y recursos, sin que se alcance la meta
objeto de la formación para el empleo, que no es otra que conseguir el empleo.
Reclamo la formación para el
empleo al mismo tiempo que se trabaja, simultaneada con esta, pero constituida
en pequeñas cooperativas o empresas, que tengan una forma jurídica que avale lo
que se esté haciendo, para que todos los integrantes se esfuercen por mantener
sus puestos de trabajo, así como se dote de las personas con conocimientos o
experiencias apropiadas para mantener al negocio en el mercado. Así mismo, los
docentes tendrán que saber de la profesión de que se trate, del sector laboral
que se esté desarrollando, de publicidad, marketing y de temas empresariales,
para que ayuden a proyectar adecuadamente a la empresa en el mercado.
A poco que se piense surgen
ideas, y creo que esto se hace a posteriori, cuando alguien termina la
formación y quiere montar su empresa, pero no se desarrolla mientras se está
realizando un taller de empleo, por ejemplo, ya que se está cobrando un
salario, bien se podía estar trabajando de verdad mientras un equipo colabora
en darle forma empresarial y jurídica, así como proyección para lanzar la
empresa, darla a conocer y ampararla de algún modo hasta que camine sola.
No hay que perder la esperanza,
hay muchas cosas que se podrían hacer, es cuestión de flexibilizar o actualizar
las normas y las leyes vigentes.
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