¿Qué hago aquí, a qué he venido a
este mundo, cuál es mi misión y cuáles son mis habilidades? Estas son las
preguntas del millón junto a: ¿qué es lo que me gusta hacer o con qué es con lo
que pasa el tiempo y ni me entero?, parece que estas cuestiones habría que hacérsela
con insistencia, hasta que saliera de nosotros alguna respuesta. Dicen que de
estas cuestiones se debe derivar un camino, que es el que deberíamos transitar
para llegar a ser nosotros mismos y no aquella persona que otros han pretendido
que fuéramos, a través de la educación recibida.
Tenemos una herencia genética,
pero también tenemos una herencia condicionante, que a modo de programación
hemos recibido y está condicionando nuestras vidas, es por ello que debemos
encontrarnos a nosotros mismos y saber qué es lo que tenemos que hacer, quienes
somos para caminar de manera consciente y libres. Nadie dice que esto sea fácil
o que vayamos a conseguirlo, pero en nuestro interior se encuentra todo lo que
es propio más lo adoptado como propio que proviene de otros. Por tanto, hay que
buscar dentro, hay que girarse hacia dentro, hay que reflexionar, meditar si se
quiere, pensar, sentirse, cuestionarse cosas, sentarse con uno mismo,
preguntarse cosas y estar atentos a las respuestas que surjan.
Si ven ustedes otra forma, coméntenlo,
compártanlo, estoy dispuesto a considerar y practicar otras vías, pero los años
aportan cierta experiencia que indican cosas, cosas que uno valora, que me han
mostrado ciertas realidades vivenciales y conscientes, como para seguir
apostando por esta vía de interiorización y atención, dos ingredientes de los
que no se puede prescindir en este “guiso”.
La vida se hace compleja cuando
la mente se empeña en ser compleja y, se torna sencilla cuando se simplifican
los diferentes escenarios en los que actuamos, pero el centro, nuestro centro
de simplificación es nuestra mente que debe estar adiestrada o ser conforme con
vivir de manera sencilla o simplificada. Si vives para ti lo haces sencillo, si
vives de cara a la galería, tratando de impresionar, imponer, no siendo tu
mismo por tener necesidad de protagonizar, agradar o cumplir los objetivos que
no son los tuyos; las cosas se complican y mucho. Lo más sencillo es ser
natural, como tu eres al margen de todos esos condicionantes enumerados: tu no
tienes porque caerle bien a nadie, tu no tienes que enseñar nada a nadie, tu no
tienes que aconsejar a nadie, tu no tienes porque fijarte el objetivo que otro
espera que tu consigas, márcate el que tu quieras, que por convencimiento
propio quieras conseguir, tu no tienes porque ser el que destaque en la
reunión, en la escuela o el trabajo, cumple con tus obligaciones, las que has
aceptado y se acabó. No hemos venido a cumplir las expectativas de nadie, esto
ha de quedar bien claro. Esto no es rebeldía, es ser tú.
Ten solo lo que necesites, para
qué quieres los rincones llenos de cosas inservibles o que jamás utilizas, no
te comprometas con la palabra más allá de lo que estés plenamente convencido que quieres hacer, no seas esclavo de tus
palabras. Simplifica tu vida, descárgate de roles adquiridos, de actuaciones
artificiales para tu forma natural de ser, no quieras suplantar a nadie, tu
eres tu, genuin@, original, no se te va a apreciar por no ser quien de verdad
eres, pues solo estarás colaborando a crear una farsa que durará toda tu vida y
eso ha de pesar cantidad. TU CONTIGO MISM@ FOR EVER.
No hay comentarios:
Publicar un comentario