Llega la Navidad un año más, se
viene a la mente de muchos las generosas comidas, las celebraciones, las
compras, la mente se dispara, se vulgariza, se deja llevar, muchos son
extensiones de las campañas publicitarias, o bien, de las tradiciones que se
han convertido en obligaciones de pretender acercarse a la abundancia. En esos
momentos de saciar sus estómagos, sus ganas de juerga y de agasajar con regalos
a sus seres queridos, olvidan a aquellos que no tienen y a los que tenemos la
obligación de tener presentes, no para como muchos interpretan volvernos
tristes, no, sino para moderar nuestro derroche. Hasta en estos momentos de
explosión y fiesta, hay que tener conciencia de los millones de personas que en
el mundo viven en la pobreza, que están viviendo momentos difíciles casi
imposibles, en los cuales puede ser que sus vidas corran peligro de algún tipo:
por enfermedad, desnutrición, guerras, etc.
La injusticia social y mundial
puede ser descabelladamente cruel e infinita para con ciertos pueblos o núcleos
de población, y esto ha de ser remediado con urgencia, no para mañana, si se
puede se ha de actuar hoy, se ha de poner solución ya, en este instante. Esta
es mi felicitación para con las personas que tengan la capacidad de mover
hilos, porque tengan suficiente poder, ostenten cargos relevantes en el mundo,
para que tomen conciencia, para que procuren ya, en este momento, el bienestar
de todos los seres vivos de este planeta, para que no muera nadie más
absurdamente, en vano.
A ustedes que vienen moldeando el
planeta a su antojo e intereses, espero se les enciendan los corazones y les aconsejen
obrar de un modo diferente, que contemple el respeto por la vida de las
personas, porque una acción inmediata de ustedes, una orden vuestra puede
surtir de medicinas a los que las necesitan para salvar sus vidas en los
extremos del planeta, donde la miseria les hace imposible salvarse de
enfermedades sobradamente erradicadas aquí. Del mismo modo, ustedes pueden
hacer llegar todo el alimento que necesitan los pueblos pobres y sin recursos.
Ustedes pueden hacer llegar toda la tecnología que requieren aquellas zonas
menos desarrolladas. Se imaginan toda la civilización avanzando, los progresos
serían mayores, el mercado sería mucho más amplio que el actual, limitado a las
zonas que pueden consumir, y esto último no es mi objetivo, pero sería una
realidad inevitable que concuerda con vuestra dirección o estrategia, por lo
tanto no hay razón para que esto no sea positivo para el conjunto de la
humanidad.
Por todo lo expuesto es mi deseo
que todas las personas que pueblan este planeta, podamos sentir que la Navidad
es un momento, pero que el espíritu de amor hacia el resto de los seres es algo
que se debe fomentar para que perdure por siempre. No podemos seguir envueltos
en nuestra pequeña realidad porque hay una realidad mayor, compartida por
todos, de donde hemos extraído esa pequeña que creemos es la nuestra, pero que
no es más que un sueño de aquella, donde hay carencias y desgracias evitables.
Ellos también tienen derecho a la Navidad, a la felicidad, porque ellos son un
poco nosotros y nosotros somos ellos, el aire que respiran es compartido, el
sol es compartido, el suelo es compartido, la vida es compartida porque todo es
uno por más que podamos creer en los actos individuales sin repercusiones en
los otros.
Para que desde instante los
problemas de las sociedades de este mundo queden solucionados, que la blanca y
amorosa Navidad, aclare los corazones de aquellos que más renegrecidos los
tengan. FELICES FIESTAS DE NAVIDAD PARA TODOS LOS SERES VIVOS DEL PLANETA.
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