Hay personas que piensan en
proyectos posibles para ellos pero que muchos consideran son utópicos,
simplemente sueños o necesitados de poner los pies en el suelo. Cuando uno de
esos proyectos, pensamientos, ideas, etc., plasmados en blanco y negro cae en
mis manos y puedo ver que otros están exponiendo unos principios que son los mismos
que a mi mueven desde hace tiempo, viene a reiterar que eso es posible, que
sencillamente se trata de dar un pasito, de girar levemente en la condición y
objetivos de cada cual.
Me alegra saber de que hay un
pensamiento utópico, que todo no se adapta a la uniformidad de criterios, que
todo no se puede ni se debe clasificar de normal, porque sinceramente la
normalidad retrasa el proceso, la evolución e impide que nuevas salidas puedan
expresarse o consolidarse por pura oposición caprichosa, debido a que muchas
personas, demasiado sometidas al sistema, acomodadas en él, se den el placer de
sacar algo de ellos mismos.
La utopía es aquello que no
siendo, puede llegar a ser. Es aquello que alguien lo piensa porque en su
mente, en su estado interior y total, como persona y ser de la humanidad, es
realizable. Yo pienso así, por eso lo expongo de esta manera, con alegría y
placer, al saber que somos muchos y que somos diferentes, en cada caso cada
cual sabrá por qué tiene esa facilidad de soñar proyectos realizables, por qué
ha desarrollado el nivel de conciencia que tira de su vida, por qué siente lo
que siente sobre el resto de los seres vivos.
En este caso, ha sido una lectura
cortita: El viaje a la nueva Icaria, que me ha sido prestada por una persona
conocida y ha venido a coincidir plenamente con mis planteamientos de hace unos
años donde plasmé por escrito una forma de vivir sin dinero. Comprendo, ya solo
con lo dicho se están levantando las voces de algunos, pero hoy por hoy, y sin
tratar de ofender, diré que hay cosas para las que hay que estar preparados, y cierto
es, que demasiadas personas no han dado el pasito que te permite ver cuan cerca
podría estar, con qué facilidad se podría vivir de ese modo si se aúnan voluntades,
pero cuan difícil se hace para aquellos que por las razones que sean no
tuvieron la oportunidad de abrir sus conciencias, sus mentes, y tampoco sus
corazones.
La sociedad podría y debería ser
lo que nosotros quisiéramos que fuera, pero es lo que es porque los que tomaron
el timón estaban cerrados, no veían, no sentían, en sus conciencias no entran
los demás, carecen de esa perspectiva humana y vital. Compiten no se sabe muy
bien por qué, ni ellos saben lo que están haciendo, lo que están provocando,
pero me temo siempre hablan de cifras obviando las repercusiones, como si el
fin mismo de la vida fuera el dinero, como si este pudiera perpetuarse, como si
se lo pudieran llevar a la tumba. Mientras tanto, todo un plan grandioso,
hermoso, pacifico, lleno de vida y amor se está escapando para aquellos que ni
siquiera se atreven a soñar el bien para todos.
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