La gente muere de hambre, hay
gente sin ningún futuro, mucha gente vive en la miseria y en el dolor de no
poder ofrecer nada a sus hijos. Hay gente muriendo por enfermedades curables
porque hay medicinas, fuera de su alcance, que en el mundo desarrollado cuestan
calderilla. Hay gente abandonada a su suerte por sus dirigentes y hay gente
muriendo por los disparos de sus paisanos. Hay gente menuda que no puede
estudiar y quien sabe a dónde podrían llegar de haberlo hecho.
Hay una parte de la humanidad desconsiderada,
totalmente, con otra parte de la humanidad y esto duele mucho a propios y
ajenos, no digamos a los que más sufren los horrores del olvido al que son
sometidos por el mundo desarrollado. ¿Qué hay que hacer para despertar de este
mal sueño?
No quiero nada para otro que no
quisiera para mí, es como puedo concluir mi actual sentir, justo el de este
momento que escribo. Deseo todo el bien para todos los seres humanos y el
máximo respeto por la vida del resto de seres vivos, porque creo que ahí hay
algo, que eso encierra alguna clave de esperanza y de vida, de humanidad e
inteligencia para con los demás. Porque habla de amor y respeto, porque sin ello
la armonía, las buenas relaciones y el llegar a alcanzar la felicidad es una
quimera.
El tiempo pasa y se repite, cada
día llega la una y las dos, etc., pero algo en nosotros está pasando y no es
recuperable, sin embargo hay gente que no se para a mirarlo, a sentirlo, a
comprenderlo. Corren detrás de no se qué historias, se embarcan en movidas
ajenas al sentido mismo de la vida, se alejan del principio de la simplicidad,
se preocupan por cientos de cosas, se complican la vida ellos solos y arrastran
tras de sí a muchos. El resultado es que ignoran lo que ocurre, no se han dado
cuenta de que va esto, desconocen su participación en el todo por eso
desprecian a la humanidad, como si ellos no tuvieran nada que ver con este
colectivo del que forman parte. Nadie es nada al margen aunque se lo proponga
porque todo es uno y uno es todo, lo lleva en sí, intrínsecamente ya se es.
Yo soy también el que no puede
comer y me duele, por eso escribo esto, porque está en mi mente, lo siento,
pienso que no hay derecho a esta discriminación social, a esta distinción de
clases, a este olvido. Eso no es ni moral ni ético, no es humano, es crueldad,
violencia, insensibilidad y me produce vergüenza, es un crimen que una parte de
la humanidad, que no auxilia a esa otra parte, comete con aquella otra parte de
la humanidad desprovista de bienes o recursos para subsistir.
Hay errores en este mundo de
individuos degenerados que llevan decenas de años haciendo el mal, porque
desconocen, no están familiarizados ni han vivido en el bien, no han sentido el
amor de verdad, no han llorado por otros que no sean ellos mismos. Son poseídos
por el egoísmo superlativo, son incapaces de pensar un mundo más razonable, con
mayor igualdad, con mejor reparto de las riquezas o recursos. No se permiten
sentir sus corazones porque se hallan demasiados perdidos en negocios oscuros,
intranquilizadores, turbios, dañinos, etc., como para conceder parte de su
soberbio tiempo a colaborar con los más necesitados.
Hay suficiente en este mundo,
afortunadamente, para que todos podamos vivir con dignidad, pero precisamente
la dignidad es lo que algunos les han arrebatado a otra parte de la humanidad.
Esto se cae por su propia corrosión, el sistema hace agua desde hace años, al
queso no se le puede seguir haciendo agujeros porque hace tiempo dejo de haber
queso, solo hay un gran agujero que nada bueno aporta a nadie. Este es el
resultado de la obra de algunos que tienen, obligatoriamente, que cambiar su
forma de proceder, que tienen que tomar conciencia del conjunto al que
pertenecen, que la vida es preciosa, que es valiosísima y que arrebatarla en
cualquier sentido al que nos refiramos, es un delito que atenta contra la
condición de ser seres humanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario