Esto y lo contrario es la forma
de vivir de algunas personas, de muchas personas que deciden esto pero hacen lo
contrario, apoyan algo pero sin comprometerse, sacan el culo a la primera de
cambio, pueden comprobarlo, es fácil hacerlo acuerden algo pero insistan en que
el compromiso sea por escrito, que se registre en papel y se firme, verán como
reculan muchos de los que proponían hacer tal o cual cosa.
Se confunde el espíritu libre con
la falta de integridad, con la falta de coherencia o de solidaridad, por eso es
tan problemático para un colectivo hacer prevalecer sus exigencias. Cuando ese
colectivo está a las órdenes de gente que barre para casa, el colectivo por
falta de unidad se somete, no tiene peso suficiente, no tiene fuerza para
reivindicar sus derechos, se imponen los de la gente que supuestamente está por
encima, aunque apliquen medidas injustas en ocasiones o simplemente pretendan
aplicar un orden a su gusto o criterio.
La gente si habla con avidez, se
convierte en bocaza, no para de protestar pero a la hora de la verdad recula,
está visto, la gente tiene miedo al enfrentamiento que se hace necesario para
discutir asuntos, para aclarar posturas y situaciones, y muchos quieren torear
desde la barrera, desde la seguridad que les proporciona ese escudo o
protección. Sin embargo, solo es posible torear si hay un toro enfrente o algo
que le represente y se lanza uno al ruedo muleta en mano.
La gente se escuda detrás de
miles de excusas para no confrontar, para evitar el cara a cara, para no perder
el emplazamiento de confort y comodidad, siempre se aplica demasiada tolerancia
con el hostigador, se tiene exceso de consideración con el que te impone
condiciones, cuando el otro no está teniendo ni la mitad de consideración a la
hora de obligarte con sus normas o caprichos, pues muchas veces se pueden
evitar las cosas o mejorarlas, pero se imponen por antojo o tozudez de ciertas
personas. Esto es más frecuente de lo que nos podemos imaginar, es la manera de
hacerse notar muchos que sufren un complejo de inferioridad.
La gente machaca, se defiende,
sin reparar en gastos, pero casi siempre lo hacen en una dirección errónea, lo
observo con mucha frecuencia. Le cuelgan el sambenito a alguien y no le dejan
ni respirar, en muchas ocasiones porque interpretan desde su inferioridad que
los actos de aquel les puedan dejar en evidencia o provoquen se manifiesten
deficiencias suyas. De cualquier forma cualquier irritación que parece provoca
un tercero, debemos comprender es un problema nuestro, no es el del otro, que
solo reproduce algo que nos irrita de nosotros mismos. Tal vez solo actúan los
otros como espejos y nos estamos viendo nosotros.
Haced lo que queráis, no os diré
esto o aquello, pero hacedlo, comprometeros no digáis ahora si y un minuto
después no. No apoyéis una votación pero después no se atreváis a ratificarla
por escrito, sacad los miedos, lanzadlos lejos y dad pasos en firme. A nadie le
es agradable oponerse a algo establecido pero si es injusto o se puede mejorar,
hay que hablarlo, discutirlo, y si te asiste el derecho, y la otra parte no
transige por cabezonería, hay que exigirlo.
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