Como la vida
es tan maravillosa siempre te abre las puertas para conocer a alguien o vivir
situaciones formidables. Solo hay que estar atentos y cuando lleguen estos
momentos acceded, aproximaros con humildad y apertura, dispuestos a aprender y
a compartir. En ciertos niveles todos demandamos algo y la vida nos da la
oportunidad de tenerlo o vivirlo para completarnos; lo mismo les sucede a los
demás cuando, ocasionalmente, se encuentran con nosotros. O sea, que todos nos
servimos los unos a los otros y, a su vez, todos estamos a disposición de la
vida.
Siempre
estamos caminando aunque nos pudiera parecer lo contrario, siempre estamos
aprendiendo y creciendo. El paso se puede acelerar cuando hay dedicación,
trabajo en esa dirección, cuando se cree en el crecimiento interior, en la
actualización de nuestro potencial, etc. A casi todos nos ha sucedido que
cuando hemos comenzado a “poner orden y hacer limpieza”, todo se ha removido
tanto que nos hemos sentido peor e incluso enfermos, pero este malestar era
irremediable y al final verás que habrá valido la pena. Hemos caminado
demasiados años en una dirección que se apartaba de quienes somos en realidad.
Nadie nos habló de nosotros, ninguna asignatura de la escuela se preocupó por
enseñarnos y aproximarnos a este conocimiento de nosotros. Además, las normas sociales
obligan a un vivir materialista que poco tiene que ver con el trabajo interior
de cada uno de nosotros.
No obstante,
es sabio compatibilizar un mundo con otro. Hace falta trabajar y conseguir un
grado material suficiente para costear lo esencial para poder seguir viviendo.
Hace falta, al mismo tiempo, atender las necesidades espirituales, el Ser,
quienes somos. Hay que facilitarle estar más presente en todo aquello que
hagamos. Es hacer, pero de un modo más consciente y de este estado surge un
vivir con más amor hacia los demás. Surgen capacidades mágicas e impensables.
Surgen nuevas relaciones y dimensiones. Se hacen habituales en nuestras vidas,
siendo vivencias extraordinarias y actitudes hermosas. Se desarrolla mayor
comprensión y tolerancia. Se está más disponible para la vida, que es estarlo
para todos los demás.
Yo he tenido la
suerte de equivocarme muchas veces, porque ello me ha dado la oportunidad de
aprender. He tenido la suerte de estar mal, porque he valorado el estar bien y,
con ello, he tenido la oportunidad de ser más moderado y de cuidarme. He tenido
la suerte de haber sufrido mucho, porque aprendí que no vivía con la actitud
adecuada. En definitiva, estoy contento de haber vivido todo cuanto me ha
tocado y de haberme relacionado con todas las personas que lo he hecho a lo
largo de mi vida, porque todos me han dado la oportunidad de aprender algo de
ellos. Gracias a todo y a todos, he evolucionado, me siento mucho mejor y soy
más feliz.
Un abrazo a
todas esas personas que, por algún motivo, se han cruzado en mi vida. Un abrazo
para todas las personas que han inspirado a otros, que dejaron su legado
escrito o en conferencias para que pudiéramos crecer. Un abrazo a la humanidad
al completo, a todos los seres del mundo, también a la Naturaleza: plantas,
animales, árboles, ríos, mares, océanos, tierra, aire, montañas, etc.
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