Seguimos con
un calor asfixiante, metidos en una burbuja grisácea y sofocante. Por las
noches llueven dos gotas y con el agua viene la arena del desierto que cae
sobre los coches y los deja asquerosos. Cuesta conciliar el sueño por las
temperaturas tan altas y ya comienzas a cruzarte con personas que dicen que el
calor se está pasando este año, que las rachas de calor son más largas o se
prolongan más que en años anteriores.
Llevamos dos
días metidos en un nublado extraño y constante, digo extraño porque ha cambiado
el tono de la luz. Mira a través de la ventana y la luz que ves no se
corresponde con la que hace una semana había a esa hora del día. La luz no se
corresponde con la hora o el momento del día.
El clima está
reaccionando o está cambiando y quién sabe si pronto el verano se habrá
intercambiado con el invierno o, tal vez, se alargue el verano y tendremos un
invierno breve. ¿Hasta qué punto tiene el Planeta capacidad de reacción para
tratar de equilibrarse ante las agresiones de nuestro estilo de vida moderna y
contaminante?, ¿será esto lo que está sucediendo?, ¿estaremos usando tal número
de aires acondicionados que estaremos provocando un sobrecalentamiento en las
ciudades?
Escribo porque
llega a ser molesto el calor, te deja sin ganas de hacer nada, solo quieres
estar sentado en una sala con aire fresco, pero también porque empieza a ser
preocupante, al menos lo puede ser para algunas personas. Yo personalmente
estoy más afectado por lo primero que por lo segundo, pues lo segundo si ya
está en marcha no hay vuelta atrás y el Planeta reaccionará como tenga que
hacerlo. Y sé, que si ocurriera será con nosotros o sin nosotros; esto es como
cuando llegaron las glaciaciones, todo se heló hubiera o no vida humana, animal
o vegetal.
Lo que si que me
importa es que el hombre habiendo podido remediarlo no lo haya hecho y que por
el contrario, ciego y egoísta, haya arruinado el equilibrio necesario para
vivir en paz en este Planeta. Pero una vez el daño ya está hecho, sobran las
palabras y las lamentaciones, tan solo nos queda apechugar con lo que venga, si
es que ha de ocurrir algo.
Además, este
caluroso verano está siendo muy propicio para la propagación de los incendios,
con lo cual se están desforestando miles de hectáreas de monte y de bosque.
Estos accidentes nos aproximan a una futura desertización. Aunque llamarles
accidentes cuando muchos de los incendios son provocados, es no hacer justicia
ni ser precisos. Los montes se queman y los pulmones de la Tierra dejan de
funcionar, ¿en qué piensan los pirómanos?, ¿ardería alguna vez un monte sin la
colaboración directa o indirecta del hombre? creo que jamás podría arder. Somos
los responsables de todo el daño que hacemos al Planeta y seremos los
responsables de todo lo que nos ocurra a nosotros.
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