Sigo estando
horrorizado por el tratamiento, que el primer mundo le sigue dispensando a los
ciudadanos de zonas más deprimidas o en conflicto. Hay millones de personas que
se encuentran en campamentos improvisados, sufriendo necesidades o privaciones
de todo tipo, incluidas las básicas: falta de alimentos, higiene, etc. Existen
masas de gentes en movimiento, huyendo de sus países por la fuerte amenaza de
muerte que pende sobre sus cabezas.
Y lo último en
España es la amenaza de sanción económica de Bruselas, si se les devuelven las
tarjetas sanitarias a los emigrantes indocumentados. Cada día se hace más
patente, que los que llevan la dirección mundial actúan abandonando a las
personas. Lo hacen de una manera insensible y alejada, como si el problema no
fuera con ellos. Como si la vida de esas personas no les importara nada.
La
inestabilidad mundial se hace más crítica en cada minuto. Guerras y atentados
por muchos rincones del globo. Amenazas por el cambio climático. La economía
china sigue depreciando su moneda y comienzan las repercusiones en la economía
mundial. El problema griego enquistado. Y el desarrollo de la zona euro
contenido y controlado por los países en clara expansión contra otros
endeudados y mantenidos en la depresión.
Una visión nada
alentadora debido a la división y a la dispersión de la humanidad. Todavía no
nos hemos enterado de que la unión hace la fuerza. Que no hay que levantarse
para hacer el mal ni para imponer nuestros ideales a los demás. Que tenemos la
oportunidad de amar y de hacer cosas útiles por los demás. Y que cuando
actuamos así nos sentimos plenos y felices.
Es urgente
redistribuir la riqueza y restablecer el orden y la paz, para que en todos los
países se pueda vivir dignamente. Es en esto en lo que todos los países se
deberían volcar, si queremos todos vivir en paz.
Cuando en
ciertos países no se dan las condiciones adecuadas y existe hambruna, guerras o
terrorismo; ese pueblo sale de allí a la desesperada con la esperanza de
alcanzar cualquier otra zona desarrollada y en paz. Es humano pensar y actuar
así. Es terrible impedirlo o no trabajar para que esto no ocurra.
Hay que
obligar a los lideres de esos países en conflictos a que cambien sus políticas,
para que sus gentes puedan vivir, no mueran de hambre ni en ninguna explosión. Hay
que apresar a los responsables y quitarlos de circulación. Tienen que
comprender que la vida del horror no va a ninguna parte. Hay que convertirse en
un país moderno, con tecnología, fábricas; que la gente pueda trabajar y vivir
en condiciones dignas y humanas.
El bien de
ellos va a repercutir en bien para nosotros, esto es lo que todos debemos
comprender. Hay que ir a la raíz del problema, que son los dirigentes de
aquellos países.
No hay comentarios:
Publicar un comentario