Creo que en el
pasado fui tan pragmático que no me permití disfrutar de una película de
ciencia ficción. Sin embargo, este fin de semana, por casualidad, he visto dos
que me llamaron tanto la atención que he decidido compartirlas con los demás.
Por otro lado, vi en ellas que como va la sociedad es probable que pudiéramos
llegar a vivir tal como reflejan las películas, con los mismos patrones.
La primera película
que vi se titula: In time. Básicamente se trata de una sociedad dividida en
sectores, siendo uno de ellos muy rico en tiempo, o sea, las personas que allí
vivían tenían unos relojes implantados en sus brazos en los que contenían,
igual, siglos, o en cámaras acorazadas, como el que hoy en día guarda una
fortuna, tenía un contenedor de tiempo, una pieza lista para transferir tiempo
al reloj del brazo, pongamos como ejemplo con un millón de años. Toda la
población estaba transformada genéticamente y se quedaba para siempre, mientras
viviera, como a la edad de veinticinco años.
Había otro
sector de la sociedad que era un gueto, allí la gente vivía siempre al límite,
con un día o unas horas de tiempo, que si se agotaba moría al instante. Esta
gente trabajaba en lo que podía y la compensación por el trabajo era ingresado
al reloj que cada uno tenía en su brazo, pero les pagaban como querían,
abusaban cuanto se le antojaba al empresario, subían los productos para
mantenerlos siempre pobres; no podían abandonar la zona pobre porque para pasar
a otros sectores había unas fronteras o aduanas, donde debían pagar con varios
años de su tiempo y los pobres no tenían tiempo para pagar en esos puestos
fronterizos. Los que no tenían trabajo tenían que vivir de la caridad, del robo
de tiempo a los demás, o morían. Había un centro que, en ocasiones, donaba algo
de tiempo a la población necesitada.
Es una película
muy interesante que guarda un paralelismo brutal con la sociedad actual,
después de todo pagamos con nuestro tiempo. De momento ponemos por delante
billetes, pero ese dinero sale de nuestro préstamo de tiempo a nuestras
empresas. Al fin y al cabo nuestro dinero es tiempo también, como el de la película.
No sigo y no os fastidio su visionado. Confieso que un pequeño vuelco me dio la
cabeza.
La segunda
cinta se titula: Repo men. Va sobre unos recuperadores de órganos electrónicos
que se habían implantados en personas enfermas, servidos por una empresa súper
potente, único sistema de salud privado, que cuando enfermabas te vendía uno o
varios de sus órganos y te los implantaban. Para ello tenías que endeudarte con
dicha empresa, firmabas un contrato a modo de crédito con sus correspondientes
intereses abusivos y en cuanto no pudieras pagar, te mandaban varios avisos, y
no sé si era al quinto o sexto, mandaban a un recuperador que te disparaba un
dardo te dormía y recuperaba el órgano, que debía ser depositado en la central
para cancelar la deuda del que lo llevaba.
Igual que la película
anterior, me pareció genial, es probable que llegara a suceder, sobretodo, tal
como van los fondos de la Seguridad Social, la tendencia de ciertos gobernantes
a la privatización, el negocio oculto con la salud de la gente, y no os digo
más para que las veáis.
Son dos películas
que os gustarán, como dije antes, yo no soy aficionado del cine de ciencia
ficción, pero es que estas películas son perfectamente posibles, pueden llegar
a ser reales, la sociedad puede llegar a ser lo que esas cintas revelan.
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