La justicia es un cachondeo, no
existe o a la par, podríamos decir que hay incompetencia legislativa,
inutilidad en lo legislado o mamarrachada legal. Casi todos los que roban en
este país salen por la puerta de atrás más temprano que tarde. Hace unos días
le tocó la suerte al hijo de Pujol y ahora al desgraciado estafador ese que se
aprovechó de la falsa enfermedad de su hija, para recaudar un buen pellizco robado
a personas sensibles y con corazón que creían donaban cantidades de dinero para
hacer el bien de aquella criatura. Dos años después ya está en la calle, pero ¿se
le ha obligado a devolver todo lo estafado? Eran ingresos en una cuenta, o sea,
que se debe tener bien controlada la procedencia, los remitentes, ¿la justicia
por qué es tan rápida soltando a los chorizos?, ¿las leyes no dan para más,
verdaderamente debemos creer que son tan inútiles las leyes como los que las
hicieron?, ¿tenemos que seguir creyendo que la justicia es una mamarrachada
porque los jueces tienen que seguir los dictados de textos imperfectos en lugar
de aplicar sentido común y dictar sentencias lógicas?
En España parece que robarle al
colectivo no es delito, o si lo es, es calificado de leve a la vista de las
resoluciones y la forma de actuar precaria e insuficiente de la… ya me cuesta
llamarle, justicia. ¿Cuánta gente ha habido en nuestro país que ha robado
grandes cantidades de dineros, ha ido poco tiempo a la cárcel, supuestamente
para pagar por su delito, pero jamás ha compensado a sus víctimas? En muchas
ocasiones las víctimas hemos sido todos los españoles y nos han dado por el
saco, nadie ha exigido que se nos resarciera del daño, que se nos devolviera lo
sustraído; la mal llamada justicia no obliga a ese extremo, es como si a nadie
le doliera el saqueo de los bienes comunes. Importa que se rompa un territorio,
pero no que quiebren económicamente al país, como si no pusieran en peligro el
futuro de nosotros y, sobretodo, de las generaciones venideras.
El tipo ese que la mal llamada
justicia acaba de poner en la calle, igual que todos los que han robado en este
país, los que se han aprovechado de montones de negocios turbios, empresas
raras y montajes fiscales extraños, toda esa gentuza debe primero devolver lo
que pertenece a la gente, al pueblo, a los fondos públicos, y cuando cumplan
integras sus condenas… que se vayan a la puta calle. La gente normal va a la
calle cuando sale, esos indeseables traidores solo pueden ir a la puta calle.
La escoria vive en la puta calle, en la calle de los villanos, en el mundo del
hampa, una vez conocido el canal por el que circula el dinero negro, es como el
drogadicto, deben sentir adicción aunque no por la droga, que a veces también,
sino por el dinero fácil.
Hacer justicia no es encerrar un
tiempecito a un delincuente, es hacerle pagar por lo que ha hecho, y ese hacer
pagar, pasa ineludiblemente y forzosamente por devolver lo robado para poder
obtener la libertad cuando se acabe el tiempo de condena; de lo contrario, la
condena se debe prolongar hasta que esa primera y obligada condición se cumpla.
Entonces podremos decir que la justicia ha tomado el camino de la justicia, por
eso digo que lo que tenemos es una mamarrachada, creo que lo he argumentado
suficientemente.
Queda la segunda parte, algo que
vengo diciendo desde hace tiempo, si por mí fuere, las cárceles dejarían de ser
el lugar de retiro, vacaciones, gimnasio, y centro de estudios para algunos.
Las cárceles deben de ser lugares de trabajo, deben ser empresas con barracones
donde duerman los presos, pero que tengan que trabajar a diario para conseguir
un salario, que posibilite sacar tres partes: una para su propia manutención,
otra para la familia directa del delincuente y, una última, para ir resarciendo
a la víctima a la que el preso le ocasionó algún daño. Tan solo cuando el
tiempo de condena haya concluido y el preso haya zanjado su deuda con la
sociedad y su víctima, podrá salir a la calle, pero todo ese tiempo no nos
puede estar costando el dinero al resto de los españoles. No tenemos que ser
nosotros los responsables de mantener a criminales y delincuentes, que se
paguen ellos mismos su comida, estancia y servicios necesarios. ¿Por qué no ha
habido nadie en ningún gobierno que proponga algo así, es tan irracional o es
puro sentido común?, ¿oyen ustedes a alguien de pulseritas y colores diversos
hablar de algo, les inquietan los mangantes de este país?, seguramente no les
preocupan nada, porque hablar no hablan nada sobre el asunto. Todos, o dan por
bueno como está el chiringuito, o no les importa que todas las prisiones tengan
un coste para el colectivo, esa es la preocupación de los inútiles que
gobiernan y los que aspiran a ser inútiles gobernantes. Los pactos les ocupan
tanto tiempo que no son capaces de dar más de sí, en el fondo somos un país que
nos debe dar vergüenza, yo siento vergüenza cuando veo el nivel de dejadez y de
prevaricación orquestada, acordada y pactada por políticos, gobernantes y
autoridades diversas.
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