Habrá que preguntarse a qué se
dedica la justicia mundial y la ONU, mientras millones de niños tienen que
trabajar duro de sol a sol para poder comer, no para nada más. Niños que son
explotados, a los que les están robando su infancia, que no pueden jugar o ir a
la escuela a formarse, sino que se dedican a hacer labores impropias de su edad
y nada acorde con su desarrollo físico o mental. ¿Esos millones de niños no les
duele a nadie?, ¿cómo se puede ser feliz en un mundo donde suceden estos
abusos?
Nos hemos vuelto locos, el mundo
desarrollado en tecnología y basura se ha olvidado de los que nada tienen. Hay
insensatos gastando cientos de miles de euros en coches de lujo o deportivos, y
millones de euros en mansiones lujosas, al tiempo que hay millones de niños en
condiciones lamentables de subsistencia. Muchos dicen que cada uno tiene
derecho a hacer lo que quiera con su dinero, y es verdad, pero hasta cierto
punto, porque hay algo que se llama moral que toca ahí, en el fondo, y crea un
malestar profundo que no deja vivir. Deben ser seres amorales, de vista corta,
insensibles a lo que se ve o se oye, egoístas en grado superlativo, etc., para
poder seguir sus vidas sin prestar la más mínima atención a lo que le sucede a
los demás.
En el mundo no hay justicia ni
orden, no hay leyes efectivas para lo que no interesa remediar a los poderosos.
Hay fortunas que se fundamentan en actos como estos: la explotación de niños y
niñas, por el trabajo, abusando de ellos en todos los sentidos, amenazándoles,
exigiéndoles, machacándoles, reventándoles, jodiéndoles la vida para siempre,
enterrándoles en la monotonía en la que se han convertido sus vidas, sin que
ninguna organización haga algo real que vaya más allá de dedicarles unas frases
en un discurso que no va a ningún sitio.
Hay demasiados temas a solventar
en este mundo y casi nadie se manchas las manos, las autoridades mundiales no
se ponen manos a la obra, es como si no les interesaran los conflictos
existentes: contaminación masiva, cambio climático como consecuencia de la
anterior, guerras continuas y durante años en ciertas zonas el Planeta, explotación
infantil laboral y sexual, dictaduras destructivas y privativas de los derechos
humanos, corrupción, traición política, brecha social, precariedad laboral,
falsas democracias, xenofobia, homofobia, pobreza, etc.
En pos de obtener beneficios, en
la actualidad, vale todo, pero eso no debería estar consentido. Si ciertos
seres humanos no lo entienden por las buenas, lo deben entender porque la
acción de la justicia caiga sobre sus cabezas. No se puede seguir esquivando
las miradas de todos aquellos que están atropellando a la humanidad o parte de
ella. Todo el que no sabe respetar a sus semejantes hay que removerlo de su
posición de poder, no pueden seguir al frente de ninguna institución o de
ningún país, sea productor de petróleo, sea dueño de minas de oro, eso no debe
obstaculizar la acción de la justicia mundial que, de momento, no funciona…
algunos le llamaran diplomacia al no inmiscuirse en los asuntos de terceros
países. Sin embargo, hacerlo es necesario cuando las consecuencias son las que antes
he referido: contaminación masiva, cambio climático como consecuencia de la
anterior, guerras continuas y durante años en ciertas zonas el Planeta,
explotación infantil laboral y sexual, dictaduras destructivas y privativas de
los derechos humanos, corrupción, traición política, brecha social, precariedad
laboral, falsas democracias, xenofobia, homofobia, pobreza, etc.
Muchos dictadores se han
acostumbrado a eliminar a todo aquél que les resulte molesto o que difunda
mensajes contrarios al régimen de su país. Hemos visto como un periodista entró
en una embajada de Arabia Saudita y no volvió a salir, lo eliminaron en su
interior y nadie sabe nada, trasciende poco, nunca se da con el responsable de
dar la orden de eliminarlo y el asunto se silencia. Del mismo modo, en los
territorios donde se está explotando masivamente a los niños hay responsables,
más bien irresponsables, dando órdenes para que se les dé trabajo en
condiciones inhumanas a esos críos, esas condiciones se televisan y no sucede
nada. Si vamos hoy a esos lugares de la Tierra, ahí están esos niños haciendo
trabajos forzados sin que nadie mueva un dedo por ellos. Mucho traje, mucho
coche oficial, muchas comidas y celebraciones en hoteles con motivo de no sé
qué o cuál cumbre para no solucionar nada o casi nada. Mientras esos
sinvergüenzas de las políticas mundiales hacen ese paripé, hay niños padeciendo
condiciones insufribles que muchos mayores del mundo desarrollado nos
negaríamos a realizar por su dureza, el trato vejatorio recibido, las jornadas
interminables y los ridículos salarios. Todos, todos, son unos impresentables,
desde el primero al último de esos que se reúnen para nada. Me refiero a todos
esos pirados que aparecen en varias filas fotografiados con motivo del G-8,
G-20, o de la letra o el número que sea, qué más da, la escoria mundial se
puede recoger con cualquier clave, la mierda es la misma, la ineficacia
persiste, la estupidez es mayúscula, la traición es permanente, la falta de
humanidad y de valores es terrible entre esa gentuza. Todos, lo repito, son
todos.
Si alguien tuviera algo de vergüenza, ante la maldad de toda esa gente y
su dejadez de funciones, declinaría la invitación a tan ruines actos.
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