Hay noticias que no se comentan,
por ejemplo la que nos ocupa hoy de la subida que, desde primeros de año,
experimentaron los sueldos de los expresidentes del gobierno. Mientras la gente
que deja su empleo no disfruta de ningún salario procedente de esa empresa, los
expresidentes sí lo hacen. Cuando cualquiera para poderse jubilar necesita
tener una edad determinada, esos ventajistas, exprimidores de lo público,
tienen privilegios de todo tipo y ganancias que nadie más que ellos tienen. A
todos les topan la pensión que pudieran recibir, pero al cambiarle el nombre y
no llamarle pensión sino sueldo vitalicio, se llevan varias decenas de miles de
euros al año, que pareciéndoles poco se han subido en treinta y tres por
ciento.
No solo son traidores desde mi
punto de vista, sino que también son saqueadores de lo público, lo hacen sin
ningún reparo. Hay que ver lo que les cuesta proponer una subida insignificante
para la gente (pensiones 0,25%) y lo rápido que se apañan un 33% para ellos. La
vida no es igual para cada clase social de esta sociedad, y existen estratos
bien diferenciados porque ya se encargan de fragmentar la sociedad por el
principio de evitar la unidad, puesto que esta representa la fuerza. Hay que
acabar con esta gentuza, con estos ladrones de guante blanco, hay que hacer que
el poder que se han otorgado retorne a la gente. Vuelvo a insistir sobre mi
parecer: los políticos deben ser puestos de voluntariado, sin sueldos, ya
veríamos cuántos con vocación de servicio público hay de verdad, y cuántos
están por el saqueo y las mamandurrias.
Me quiebro la cabeza pensando
sobre la forma en que podríamos mandar nosotros, la gente, porque lo principal es
que las leyes digan lo que el pueblo quiere, y dejen de decir lo que conviene a
esos impostores. La política debe dejar de seguir siendo el negocio y la cueva
de Alí Babá, en la que se refugian todos los inútiles o los listos, pero no por
haber terminados sus estudios o haber terminados sus másteres, como ya sabemos,
sino por la picaresca, por el robo y la sinvergonzonería. He llegado a la
conclusión que cualquier persona sensata y con sentido común es capaz de hacer
leyes más justas que las actuales y sin las grietas, que a propósito se dejaron
para que esos golfos pudieran eludir la acción de la justicia, si podemos
hablar de justicia cuando las leyes son defectuosas o deficientes, o cuando se
trata de aplicar justicia de un modo partidista, sesgado e interesado.
No tienen buena prensa para mí
como estarán observando, pero es que tengo el defecto de analizar lo que
escucho, la mala costumbre de pensar y, con mis errores por supuesto, llegar a
mis propias conclusiones sin dejarme llevar por los cantos de sirena y las
letras amañadas con música que suena pegadiza. Cuando se funciona así, se aprecia
la incoherencia de los actores del teatro político, las mentiras, sus
incumplimientos, el descaro y hasta la sinvergonzonería.
Estamos muy hartos de que tipos
como esos se nos coloquen por encima, sean los primeros en obtener beneficios
de lo que es de todos. No queremos que sigan robándonos ni que se sigan mofando
de todos nosotros. El progreso al que tanto abogan con buenas palabras no nos
puede costar los dos riñones a la población. Nos dejaron sin hucha de
pensiones, los mayores están desprotegidos y en el filo de la navaja, no
digamos los futuros pensionistas. Nos quieren convencer de que hay que trabajar
hasta morir, lo que ocurre es que duro expresarlo, pero van dando rodeos como
si de un laberinto se tratase, y a nosotros nos llevan como ratones de
laboratorio, cerrándonos el paso que a ellos les interesa para que solo
consigamos una salida, la que ellos quieran. Con el miedo en este caso, de que
no habrá pensiones, se maneja a la gente y se le impone lo que se desea, pero
sí hay dinero para subirse un 33% los sueldos de los que ya no hacen nada para
España, de los que ya no producen en esta “fábrica”. Todo lo contrario, han
hecho carrera a nuestra costa para seguir viviendo a de nuestro dinero toda su
vida, más de las conferencias privadas y del tráfico de influencias adquirido
en el cargo público para servir a una gran compañía (puerta giratoria).
Por todo ello, esa gente y
nosotros somos bien diferentes, la anchura para ellos y la estrechez para
nosotros. El poder para ellos y el obedecer para nosotros. Nos falta casta para
echarles a patadas si fuera necesario. Están usurpando el poder que nos
corresponde, somos adultos y no necesitamos que nos representen, no necesitamos
gente que siga destruyendo lo público y jugando con el bienestar de las
personas. Hay que acabar con todo este montaje político, electoral y juego
intencionado, constitucionalista y sin sentido. Hay otras formas de hacer las
cosas, solo que ellos no salen bien parados y se agarran al sillón como a un
clavo ardiendo, se niegan a perder la gallina de los huevos de oro, su gallina
no la nuestra, esa es la diferencia.
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