Imagen: tarjetacreditoprepago.com
Lo que pueda
decir algunos lo entenderán mediatizado políticamente, pero debiera entenderlo
humanamente, no partidariamente, no como ideología de ningún color o tendencia
política. Para mí es necesario que dejemos de competir entre nosotros, la vida
es posible sin esa competencia por vender, por tener más clientes que
cualquiera, o por cifrar cantidades más elevadas que los demás. Toda esa
energía empleada en eso podría ser utilizada para avanzar en la vida. La clave
es avanzar juntos, en armonía, haciendo uso de la inteligencia, beneficiándonos
todos, elevando nuestro nivel de respeto hacia el prójimo, deseando para los
demás lo mejor y llegando, incluso, a amarnos todos.
Ya no hay nada
que justifique la existencia del dinero, es totalmente posible vivir en orden y
sin dinero. Si todos seguimos trabajando en las diversas áreas o sectores con
el único fin de surtirnos de todo lo necesario, y todos pudiéramos hacerlo, me
refiero a contribuir con el sistema social y a poder adquirir todo lo imprescindible
gracias a su contribución con el sistema, ¿qué más nos puede hacer falta? Este
sinsentido de competir por todo, por los avances tecnológicos con el fin de ser
el primero y vender más. Estresarse continuamente en los trabajos para vender
más. Albergar temor por perder el trabajo cuando no se alcanza la cifra de
venta marcada por los jefes. Esas no son formas de vivir ni de llegar a
sentirse bien o feliz. No hay que competir por los avances científicos o tecnológicos,
hay que aunar ideas y fuerzas para avanzar entre los adelantos que somos
capaces de imaginar entre todos. Otra sociedad es posible y de la que podemos
salir todos mejor parados. Pleno empleo de inmediato porque todos podríamos
realizar alguna labor en beneficio de la comunidad, podríamos ayudar en las
industrias, en donde hiciera falta, y al trabajar todos solo necesitaríamos trabajar
muchas menos horas, esa sería nuestra contribución con el sistema. A cambio
tendríamos nuestra tarjeta magnética que acreditaría estar al día en colaboración,
lo que nos facilita a adquirir todo lo que necesitemos. Es evidente que habría
que tender a la fabricación de lo imprescindible, de lo básico o fundamental,
es ahí donde habría que incidir más. Nadie compra nada, nadie vende nada, nadie
compite por un mercado que sería de todos, y todos podríamos disfrutar de todo…
¡es sencillo! Se podría comenzar mañana mismo, todos seguimos haciendo lo que
hacemos hoy, pero al trabajar todos, necesitaríamos hacerlo muchas menos horas.
Hay que fomentar el amor a una forma de vivir más racional, lógica y justa… más
humana desde mi punto de vista.
Es hora de
voltear los demonios de quienes pensaron que solo el capitalismo daba sentido a
la vida, cuando lo que inventaron fue la maquinaria de la explotación del
trabajo y los esfuerzos de los demás. Es cierto que tú sacas tu sueldo, pero no
es difícil entender que si por tu trabajo te dan 10 es porque tú generas 70 o
100. Después vienen todos esos argumentos de arriesgar su dinero, hacer la
inversión, etc., pues hagamos ahora la inversión con el dinero de todos para
poder llegar a un mundo como el que esbozo. Yo hablo de trabajar todos para
todos, no todos para unos pocos, que es el sistema capitalista actual. Pero no
quiero ni deseo entrar en pelea con el capitalismo, a mí eso me da igual, no es
mi cometido, no es lo que sale de mi interior, lo que trato de explicar sí.
El dinero es
corrupción, significa estrés, significa miedo, significa diferenciación, distancia,
pelea, lucha por obtenerlo para ejercer poder sobre los demás, es un engaño por
otro lado, es solo papel o metal con unos motivos y unas imágenes, no vale nada
es ficticio y convenido su valor. Supongamos estos momentos de crisis en los
que hay esa guerra infame de retención de productos, elevación salvaje de
precios y ganancias ilimitadas para algunos; los que fabrican mascarilla sirven
mascarillas sin coste alguno. Los que sirven las materias primas para fabricar
las mascarillas, lo hacen a coste cero. Los sanitarios reciben las mascarillas
y nadie paga por ellas. Todos, los operarios de la fábrica de mascarillas, los
de la empresa que sirve las materias primas para fabricar mascarillas, los
sanitarios, etc., todos tienen sus tarjetas de colaboración con el sistema con
los registros diarios de estar colaborando y se dirigen a los centros
comerciales a adquirir lo que necesitan, cuando lo necesitan y no pagan por los
productos que adquieren, ¿dónde está el problema?
Si no hay
dinero, sino esa forma de adquirir lo que se necesita, y todos estamos
integrados en el sistema, y todos tenemos nuestra tarjeta, se acaba con los
robos, no hay a quien vender nada puesto que todos pueden ir con su tarjeta al
comercio a adquirirlo. Ganamos en seguridad por tanto. Nos quitamos el
desempleo, nadie se nos queda detrás, todo es más justo y equitativo, esta
sociedad está a la vuelta de la esquina, solo hay un problema, la maldad de
algunos, que espero se desvanezca.
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