Miles de
personas en nuestro país no tendrían que seguir haciendo lo que hoy hacen en un
sistema sin dinero como el que he descrito en mi anterior proclama. Por
ejemplo, cantidad de gente empleada en la banca y caja de ahorros, no haría falta.
Principalmente todas aquellas personas que su labor tiene que ver con la
vigilancia de las cifras y los papeles propios como albaranes, facturas,
impuestos, etc., se podrían dedicar a otras labores, pues toda esa
documentación no tendría sentido alguno en una sociedad sin dinero y sin coste
alguno monetario. Vuelvo a repetir que todos estaríamos trabajando para el
sistema, puesto que es éste el que nos va a proporcionar todo lo que
necesitemos en cada momento. Cada profesional sigue trabajando en su especialidad
pero sin cobrar por ello, así que todos volvemos a salir ganando, porque todo
estaría mejor atendido de lo que lo está hoy. Muchos no reparan o mantienen por
falta de medios, porque el dinero no les alcanza. Con el sistema que yo imagino
estaríamos todos trabajando para el sistema y estaríamos todos obteniendo todo
lo que necesitáramos.
Se unificarían
los productos, pues no tienen que competir las marcas, no tendría por qué
existir productos con diferentes funciones si no está justificado el motivo de
su existencia, por ejemplo: tal vez existiría un móvil estándar con todos los
adelantos del momento y uno sencillo para personas mayores. En los automóviles podría
existir un mismo modelo con diferentes capacidades, o sea, utilitario, medio y
grande, dependiendo de los miembros que compongan cada familia. Las viviendas
tendrían el mismo tratamiento, apartamentos de una habitación para parejas sin hijos,
o solteros, y diferentes composiciones en las que aumenten las estancias en
relación al número de hijos del matrimonio.
Cada producto
tendría su servicio oficial como existe en la actualidad, y serían estos los
que atenderían toda la vida útil nuestros aparatos, máquinas, vehículos, etc.
Serían sus técnicos los que diagnosticaran cuándo es el momento de sustituirlos
por fabricados nuevos. Llegados ese momento el servicio da orden al órgano
central para que elimine el fabricado viejo y facilite uno nuevo sin coste
alguno, ese sería el conducto oficial para poder sustituir equipos o máquinas
que ya estuvieran en muy mal estado.
Habría un
órgano central, el equivalente al gobierno actual, que solo gestione peticiones
de la ciudadanía o de fabricantes, de cada uno de los gremios, para canalizar o
enlazar petición con cada uno de los profesionales que pueda dar solución al
problema o la necesidad, planteados. Todos estaríamos en el mismo barco, puesto
que no hay tajada que sacar, todos tenemos acceso a lo mismo que el resto. Casi
se podría llegar a suplir la labor de los que trabajasen en ese órgano central
con un buen sistema informático a modo de Internet pero que fuese una red
privada de nuestro país, digo privada porque, tal vez, los otros países quieran
seguir con el sistema arcaico de explotación monetaria.
Dicho sistema
virtual analiza datos y enlaza necesidades con las empresas que puedan
solucionar las demandas ciudadanas o de otras corporaciones. Por Internet se
rellena una plantilla confeccionada a tal fin y el algoritmo propio del sistema
analiza y publica la carencia o necesidad, así cualquier empresa especializada
en el tema pueda adjudicarse esa tarea y de inmediato se ponga manos a la obra…
¡sería maravilloso!
Utilizo la
cabeza y la imaginación para que todos salgamos ganando, para evitar el egoísmo
actual, para poner fin a la delincuencia, a la corrupción, a la explotación, a
las carencias y a la marginación. Todo se puede acabar mañana si queremos. Una sociedad
sin dinero es posible desde mañana mismo. Todos podemos sentirnos útiles desde
mañana, todos podemos trabajar, seguir haciendo lo mismo, pero muchas menos
horas y acceder a todos los productos que nos hicieran falta. No hay que llevar
más de lo que se necesita, hay que seguir con el ritmo actual de consumo, no
hay necesidad de modificarlo, al día siguiente, si te hace falta, puedes ir a
por más… ¡seamos inteligentes!
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