El mundo ya
tenía sus desigualdades, aquellas que los propios dirigentes mundiales permiten
y consienten, pero ahora con el virus actual, del que todos tratamos de
protegernos como podemos, la hambruna y la pobreza, irán a más. Antes ya era un
crimen que frente a la vida acomodada y lujuriosa de un sector de la población
mundial, conviviera otro sector bien amplio de personas que apenas subsisten
comiendo raíces, tierra, agua contaminada, buscando en vertederos restos en mal
estado o cosas desechadas con las que poder ganar un trozo de pan… ¿por qué los
líderes mundiales permiten que haya personas que malvivan?, ¿no son capaces de
organizar las interrelaciones para que quepamos todos?
De estos temas
se ha hablado mucho, yo llevo toda la vida oyendo de esos pueblos donde sus
habitantes mueren de hambre literalmente sin más justificaciones, ni más
revueltas de las palabras… no tienen nada que comer, no tienen expectativa de
vida alguna, no tienen futuro, no tienen nada, solo la certeza de que la muerte
les va a alcanzar un día de estos. Pero no digamos <<como a
todos>>, no, su caso es diferente, ellos sin comer se mueren en meses,
nosotros si no ocurre una desgracia duraremos, al menos setenta u ochenta años,
creo que la diferencia es abismal. ¿Qué sentido tiene la insolidaridad con ese
otro sector de población mundial?, ¿buscan los líderes mundiales tener asegurado
los esclavos del siglo XXI?, ¿quieren tener un caladero propio donde pescar personas
a las que explotar?, o ¿desean que el resto del mundo tenga un espejo delante
de sus narices para advertirle de que aún se puede vivir mucho peor?
Todos los
líderes mundiales siempre tienen en sus bocas palabras engañosas de falsa
solidaridad y menospreciada preocupación por los demás, al tiempo que permiten
que una parte de la humanidad esté en tránsito de muerte continuamente. Muertes
que se pueden evitar y de las que poco se acuerdan cuando están haciendo sus
negocios, cuando están buscando sus ganancias, cuando están compitiendo por
situarse en una posición más destacada y admirada dentro del mercado en el que
operan. Después vienen las copiosas comidas de negocio o de política en las que
se vuelven a olvidar de esos seres humanos sin derecho a nada, cercanos a la
muerte por abandono de todos los demás que se están divirtiendo en las terrazas
de los restaurantes y bares. Más tarde, tal vez, se sucedan las celebraciones,
las fiestas privadas, la exageración y el lujo, la exhibición de los automóviles
más cotosos o los yates más exclusivos, el alcohol, las drogas, el sexo y las
altas horas de la noche dedicadas a la diversión mientras ese otro sector de la
humanidad vuelve a tratar de conciliar el sueño con los estómagos hinchados y
sus cuerpos desnutridos a punto de colapsar.
Siempre se
puede hacer mucho más por ellos, que es lo mismo que hacerlo por nosotros, pues
no cae en saco roto el hacer el bien por los demás. Se les puede aportar
conocimientos, tecnología, ayuda, comida en un principio para que no mueran,
soporte médico, medicamentos, ponerles al día en definitiva. Ellos también
somos nosotros, somos un todo aunque muchos no se hayan enterado, ¿dónde meten
la cabeza para no ver nada de este dramático espectáculo mundial?, ¿cómo es
posible que haya quien pueda vivir totalmente al margen del mal ajeno?, ¿dónde
se meten todos esos que tantos golpes de pecho se dan delante de los demás?,
¿dónde están los que viven tan temerosos y no pueden dejar de oír misa en un
intento por salvarse ellos y ser mejores personas sin conseguirlo?
La falsedad e
inutilidad de los líderes mundiales en este aspecto es exageradamente palpable…
¡no hacen nada!, les importa todo este asunto de la hambruna mundial… una
leche, por no decir una palabra escatológicamente mal sonante. Esos mismos
líderes mundiales, cada uno de ellos apropiándose del poder que ellos y sus leyes
se han dado, generalmente mediante unas elecciones, igualmente amañadas e
injustas, así que no nos hagan cómplices a nosotros, después que nos tienen
engañados con todos esos términos bien sonantes: democracia, obligación
ciudadana, el derecho de ejercer el voto, la soberanía nacional, etc., no es
más que una forma conocida de manipular a la población.
No hay comentarios:
Publicar un comentario