¡Eso no es
posible!, ¡Eso no es realista!, muchos suelen decir cosas como estas, no son
capaces de saltarse el guión marcado por los capitalistas, que han ido
imponiendo unas formas favorables a sus desenvolvimientos económicos. La
sociedad ha de ser algo distinto, hay que gestar un medio nuevo, más justo y
equitativo para todos, no solo para unos pocos. La podredumbre corrupta, que es
en lo que se ha convertido la mente de muchos individuos e individuas que, a
veces, conviven muy cerca de nosotros, tal vez, en la puerta de al lado o tras
la de enfrente, han hecho un asalto al poder y a las instituciones, para
saquearnos a todos.
A las personas
de bien no les sirven ciertos principios monetarios, se atreven a “soñar”,
porque es así como los otros suelen tacharlo <<de sueño>>, pero al
menos imaginan alternativas al sinsentido bestial que estamos viviendo. A todos
nos viene bien algo de dinero. Todos tenemos necesidades que se sacian con
dinero, hay que adquirir en el mercado productos básicos para el consumo diario
de la familia, lo cuál no quiere decir que el centro de nuestras vidas tenga
que ser el dinero. Mucho menos, el engaño o la explotación para conseguirlo. ¿Acaso
no es posible vivir con respeto hacia los demás?, claro que se puede, y no solo
que se puede, sino que es imprescindible trasladarlo a nuestras vidas. Son los
otros los que han de cambiar o irse.
Soñar es
hermoso, imaginar es creativo, y la necesidad de proyectar una vida mejor para
todos es urgente. No puede pasar un día más en los que el sistema sostenga a “salvajes”,
y dentro de estos tenemos a todos los desaprensivos que cometen actos vandálicos
contra otros, gente que aterroriza a los demás, aberraciones humanas con patas,
que no con piernas, que humillan a las personas de bien, que matan inocentes o
que delinquen como si fuera un deporte nacional para ellos. ¡Hay que acabar con
todo esto! El sistema ha de estar al servicio de las personas y no se puede
permitir, ni un segundo más, amparar o dar cobijo a delincuentes y gánsteres.
La obligación
de todos nosotros es convertir el Planeta en el paraíso, pero no en paraísos
fiscales, pues los que muestran menor inteligencia con estos se conforman. Van
a morir a pesar de consagrar sus vidas a amasar fortunas, se pudrirán sin poder
gastar más dinero; que conste que critico a los que hicieron uso de las malas
artes, aquellos que actuaron fuera de la legalidad y perjudicaron la vida de algunos,
o mataron a otros para conseguir sus riquezas, a pesar de ello, se dice: “a
todo cerdo le llega su San Martín” Podemos esperar, no vivirán para siempre.
¡Qué hay gente
con dinero!, pues muy bien, mejor para ellos y sus familias, pero que el
sistema consista en doblegar las rodillas para suplicar un trabajo, porque el
sistema mantenido por nosotros sea incapaz de proporcionar empleo, ¿para qué
queremos al Estado (nuestra comunidad de ciudadanos), costeado por nosotros,
repito? Esto hay cantidad de gente que no llega a verlo ni comprenderlo. ¡Qué
no tiren el dinero en sobrecostes!, ¡Qué no nos roben más!, veremos cómo se
pueden conseguir más y mejores servicios públicos, y entre ellos, podría
tenerse en cuenta: dotar de empleo a los ciudadanos (dueños y accionistas del
Estado, que no se nos olvide), ¿por qué no se va a hacer lo que digamos los
ciudadanos y ciudadanas de este país?
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