Veo que muchos
padres han confundido educar, con no contrariar a sus hijos en todo aquello que
se propongan hacer. He oído de algunos que la mejor universidad es la calle,
voces que provienen, precisamente, de aquellos padres cuyos hijos suelen romper
los cristales de las farolas de la urbanización, disparan al atardecer a los
pájaros que buscan un refugio en los árboles para pasar la noche, o pasean en
bicicleta sobre una superficie de hormigón recién echada, para dejar marcadas
las huellas de sus neumáticos. Son los mismos que se encargan de romper las
cercas de las pistas deportivas, o de saltarse a las parcelas vacías o al
recinto cerrado de la piscina.
Si no se
respeta lo ajeno, lo que es de todo, o sencillamente, a las demás personas, es
que la educación ha fallado. No se ha recibido una educación adecuada y ha
fallado la autoridad de los padres, pues es en casa donde debe comenzar y
terminar la educación. En los colegios se va a otra cosa, a adquirir
conocimientos, formación y cultura. El niño ha de ir educado desde casa, no es
tarea del profesor educar a los alumnos, sino formarles, verter conocimientos
útiles para el buen desenvolvimiento de los chicos y chicas en la sociedad, así
como en la futura vida laboral.
Hoy en día se
comete un error con demasiada frecuencia: dejar que los niños sean educados por
la televisión. Muchos padres y madres les ponen frente a la caja tonta a ver
dibujitos y películas infantiles, para que estén distraídos mientras los padres
hacen otras cosas, o para que les dejen tranquilos. Es más cómodo y fácil esto,
que educar al niño, soportar los pataleos y las protestas de este. De ese modo,
el niño o la niña suele salirse con las suyas, se hace un niño mimado o una
niña mimada, que posteriormente pasa a querer imponer sus condiciones en la
relación con los padres, con sus amigos o compañeros, y llega a ser
inaguantable, déspota e ineducado/a. Si alguien le dice algo que no le guste,
que se prepare porque de esos niños la respuesta que se puede esperar puede ser
desmedida, violenta o agresiva, y no pararán hasta conseguir lo que quieren. Hay demasiados críos a los
que no se les ha educado lo suficiente, y eso no les hace más libres, sino más
problemáticos.
Si no se educa
desde que son pequeños, llegan a ser jóvenes conflictivos a los que no les
puede mirar durante un tiempo sin que te digan algo mal sonante. No se te
ocurra llamarles la atención por algo indebido o incorrecto, porque saldrás mal
parado. No saben disfrutar sin dejar decenas de vasos, botellas y bolsas
tiradas en el suelo aunque a unos metros tengan algún contenedor de basura. Las
normas no están hechas para ellos. No respetan los semáforos, incordian con las
luces largas cuando quieren que tú vayas a mayor velocidad de la permitida en
el tramo de carretera de que se trate. Se reúnen en alguna plaza hasta altas
horas de la noche sin respetar los horarios y, sobretodo, el descanso de los
vecinos. Utilizan motos con escapes libres que hacen muchos más ruido del
deseable, o pasean en su coche con las ventanillas bajadas y un equipo de música
similar al de una discoteca. Todo esto denota falta de educación, que
imposibilita el respeto hacia los demás.
Evidentemente
esto tan extremo se da con cierta frecuencia, pero afortunadamente es una
minoría. Al menos, así lo entiendo yo, aunque he visto muchos casos de esos,
aún hoy veo algunos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario