Es evidente
que todos no tenemos el mismo concepto de aprovechamiento del tiempo, ni todos
tenemos igual fin, ni queremos las mismas cosas. No todos fijamos una lista de
prioridades, y son muchos los que van tal como acontecen las cosas, sin darles
demasiada importancia. Es como si no tuvieran objetivos en la vida, o el grado
de comodidad adquirido no les permitiera la lucha por algo que de sentido a sus
vidas.
Es como si ya
estuvieran cansados antes de comenzar la batalla, y eso produce bastante pena.
Quizá no hayamos sabido construir un mundo lo bastante ilusionante para los más
jóvenes, o tal vez, no se haya tenido en cuenta sus criterios, o ni tan siquiera
se les haya preguntado por sus inquietudes o lo que les interesa. Algo está
sucediendo para que el patrón de comportamiento (horas de ordenador
desaprovechadas) sea una constante en la vida de millones de jóvenes.
Es un problema
que pesa en la cabeza de los padres, ¿no es así? Solo algunos escapan a esta
rutina improductiva y se fabrican un camino para resolver su vida, el resto
está a la espera de no sé qué. El tiempo va pasando y parece que se conforman
con el día a día que tienen en casa de sus padres, comida y ropa limpia, me
llevo el coche, una vuelta con los amigos, un botellón, una salida al cine, y
poco más.
Se ha relajado
la autoridad hacia los padres que se vivía hace años, y creo que esto se ha
aprovechado para ganar en confort y anular la lucha. Antes te decía tu padre: “o
estudias, o trabajas”, y anda que te ibas a quedar sentado todo el día, ¡ya
estabas buscando trabajo por debajo de las piedras! Había otra mentalidad, y
quizás otro miedo o respeto. Se respondía de otro modo y parecía que madurábamos
antes, salvo excepciones que siempre las ha habido y las habrá.
A muchos padres
les sonará cuanto digo, ¿no es así? Vemos a nuestros hijos empleando horas y
horas en los juegos on line, cuando nos hubiera gustado que le estuvieran prestando,
al menos, igual atención a los estudios, a buscar un trabajo, a hacer cursos y
seguir formándose, etc., en definitiva, hacer un uso más fructífero del
ordenador. No nos importa tenerles en casa, es una alegría verles todos los
días, pero quisiéramos que se dieran cuenta de que deben mirar hacia delante,
plantearse su futuro y que pelearan por un plan para conseguirlo. Parece que
solo hacen las cosas cuando ya no hay más remedio que dar tal o cual paso, pero
no se les ve iniciativa e ilusión por trazar su propio camino, y eso es
preocupante.
Es posible que
en la cabeza de los chicos se haya forjado una vida que los mayores no
alcanzamos a ver. Es posible que ellos se hayan encontrado un sistema que no
les dice nada, que no les motiva para dar pasos, porque quizá no sepan o no les
interese la deriva que lleva el sistema. Es posible que sientan que a ellos no
les han tenido en cuenta para crear una sociedad más apasionante para ellos.
Esto nos ha pasado a todos, hemos llegado y casi todo estaba hecho, pero hemos
reclamado nuestro espacio para construir nuestra pequeña existencia, dentro de
los límites marcados.
Es evidente
que cada generación es menos aguerrida que la anterior, dicen algunos que se
debe a que se han criado con muchas más comodidades y protección. De cualquier
manera no deja de ser un factor muy preocupante, que se debe estudiar a fondo
para darle una solución.
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