Cuando uno va oyendo las cosas
que dicen o hacen, o intentan conseguir, como la publicada en el anterior escrito:
Quieren controlarnos mentalmente, te
da qué pensar. Ahora, me saldré aparentemente del hilo conductor, pero no es
así; el profesional de la construcción te describirá de manera fácil cómo hace
cuando ejerce su oficio, igual el zapatero, el mecánico, el físico, el
ingeniero, etc., es normal porque llevan años haciendo su trabajo y les resulta
fácil, saben lo que tienen que hacer y cómo. Del mismo modo, cuando algunos
escuchamos acerca de las aberraciones y el caos, en el que algunos tienen
sumidos a la humanidad, no lo entendemos y nuestro ser sabe que es bien fácil
ponerle remedio, evidentemente sin que puedan intervenir todos esos inútiles,
avaros y codiciosos.
Sabemos que es cuestión de
valores, de educación, de respeto, de conciencia y de amor por el ser humano.
Sabemos que si se antepone esto a todo lo demás, cómo no va a estar primero el
bien de las personas, el fin del hambre mundial, el final de todas las guerras,
el final de las pulverizaciones de venenos, el uso de todas las energías naturales
y no contaminantes, el final de las muertes innecesarias por falta de medios y
porque algunos hagan pruebas con virus y con vacunas, etc., etc. Hay numerosas
técnicas de dudoso uso y de desconocido objetivo, igualmente nefastas para las
personas. Hay que volver a tener un aire digno de ser respirado para que no
provoque enfermedades pulmonares y cánceres de todo tipo. Hay que dejar de
pulverizar todo aquello que nos vamos a comer. Hay que dejar de adulterar los
alimentos, no se puede seguir envenenando a los animales y a las personas. Hay
que respetar la vida de todos los seres vivos porque es lo más sagrado que
somos y tenemos… la vida. Hay que ser inteligentes de una vez por todas y poner
en marcha todos los descubrimientos e inventos que son buenos para la
humanidad, aunque vayan en contra de los intereses económicos de una minoría.
Con un ligero giro interior de
las personas se consigue sentir algo diferente, pensar de un modo distinto y
creer que un mundo mejor es totalmente posible y está al alcance de la
humanidad. Podemos lograrlo, estoy seguro de ello, pero hay que convencer a los
que tienen cogida las riendas, pero si lo piensan, no es que las tengan ellos
asidas sino que nosotros se las ponemos en sus manos… existe la unión del
resto, que somos mayoría, y existe la desobediencia civil, ignorarles y no
seguirles el juego sino más bien hacer caer su castillo de naipes. Entonces
podrán seguir agarrados a las cintas de cuero, pero no sabrán hacía donde jalar
al caballo, pues habremos dejado de ser su carro y su asiento, no atendemos más
sus mandatos, no seguimos la trayectoria que marca, su poder no nos afecta, no
lo atendemos, no le sirve.
Le habremos dejado fuera del
juego, porque unos pocos no pueden regir la vida de millones de personas, a ver
si nos damos cuenta de una vez. Cada uno de nosotros tiene que llegar a
comprenderlo o, no sirve de nada cuanto digo. Cada uno ha de verlo por sí
mismo, tomar conciencia y unirse a los demás, entonces la revolución pacífica
estará servida.
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