Hay un problema en el mundo
político mundial, que está fraccionado por partidos e ideologías diversas. Con
esto sucede, que unos van contra otros haciendo una defensa de esas bases de pensamiento;
por tanto, dando lugar a luchas que distraen de lo que debe ser la labor
fundamental del político, colaborar para mejorar la situación del país, en
todos los sentidos posibles, que son todos los que afectan directamente e
indirectamente a la ciudadanía. Eso de los partidos políticos es un tremendo
error, solo debería existir el político, la persona con vocación para conseguir
el bienestar general de todos, sin diferencias de clases o condición social. De
esta manera, todos arrimarían el hombro en pro de la consecución de unos objetivos
comunes para todos.
Habría que hacer comprender que
la lucha de banderas, de colores y de ideología nos lleva a la guerra, y todos
conocemos los efectos de la devastación que producen los enfrentamientos
bélicos. Todos sufren, nadie gana, todos pierden. Este es el resultado de los
partidismos y la defensa de las ideologías. Por encima de ello está la
condición de ser humano, la necesidad de sobrevivir, de tener lo necesario para
existir y si podemos hacerlo lo mejor posible, pues que así sea, ¿no les
parece? Esto puede conseguirse si todos los implicados van a una y solo piensan
en lo que es mejor para la gente, no para cierta gente, ni pensando en
exclusividad o con la mente secuestrada, que es como se encuentra la mayoría de
los que tendrían que dar soluciones a los problemas de la gente y del país. Los
gobernantes, o los que aspiran a ello, deberían no tener miedo a nadie, pues de
lo contrario se achantarán y someterán a aquellos a los que les tienen miedo;
es cuando comienzan a gobernar aquellos y no los políticos elegidos por la
gente.
Creo que algo se debe ir
comprendiendo de lo que expongo y hoy hay mucho, pero de todo lo contrario. Por
eso el circo parlamentario no deja de ser un reñidero de pollos de pelea, que
se tiran los trastos como show para convencer a la gente y que les voten, por
ser más irónicos o más feroces desde la tribuna; pero eso no soluciona los
problemas de la gente, ni hace a España un país mejor. Tampoco hablo de hacer
España mejor como una competición contra otros países, que como verán ni les
nombro, no porque no me importen sino que antes de abordar proyectos más
complejos o colectivos, se deben solucionar las cosas dentro de casa. Debemos
ponernos a un nivel de satisfacción general suficiente y sin carencias, para
poder acometer empresas mayores en colaboración con otros Estados. Empresas
mayores siempre para conseguir mayor bienestar para la gente. La política no
debe tener ningún otro fin, mucho menos la perpetuación como partido político
de ciertos colectivos, porque como dije es fragmentar, romper la hegemonía
grupal que hace falta para que todos luchen conjuntamente por unos objetivos
comunes, que vuelvo a decir es el bien de toda la ciudadanía, sin exclusión ni
marginación de ninguna clase. Ha de ser la consecución de una sociedad justa y
lo más igualitaria posible, al menos en cuanto a oportunidades, redistribución
de la riqueza, etc.
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