Hay muchos videos en la red que
hablan del nuevo orden mundial, así como de tecnologías que están apareciendo
que las presentan como si fueran conocimientos que se hubieran tenido en la antigüedad,
y hubieran permanecidos perdidos, ocultos o en desusos. El nuevo orden mundial
para mí es el que seamos capaces de conseguir las personas, cambiando primero
nosotros, todos nosotros y nosotras. Tras ese cambio necesario y obligado,
habría que prestar un poco de atención a toda esa información que infla la red
y separar la paja del grano. Algún departamento, o varios, según la
especialidad de que se trate el tema, tendrían que investigar las medicinas
mágicas, las fórmulas naturales y sus repercusiones, las denuncias que se
vierten y cuánto hay de verdad en ellas. Asimismo, habría que probar todos esos
artefactos que dicen nos van a facilitar la vida, nos van a entregar energía
libre y gratuita, etc. ¡Ojo!, no dudo de ninguno, ni trato de poner en tela de
juicio lo que dicen algunos, pero quiero llegar más lejos en eso del nuevo
orden mundial, y creo que es justo para la humanidad, aprovechar todos los
adelantos y descubrimientos que las personas producen para el bien de la gente.
Yo no dudo que se pueda hacer
llover con algún sistema de orgón y algunos tubos de cobre, o que haya motores
magnéticos que no necesitan ningún combustible, o que alguien haya inventado el
motor de energía ilimitada y gratuita, o de que tal o cual fórmula de
sustancias naturales nos curen de casi todas las enfermedades, etc. Lo que hay
que hacer es comprobar que las propuestas de la red, los inventos o
descubrimientos, funcionan. Verificar que es así y aprovecharlos para
facilitarnos el consumo, abaratarnos la vida, procurarnos mejor salud, y ser
más libres e independientes de los oligopolios actuales. ¿Por qué no se dedica
tiempo y dinero a ratificar la viabilidad, o no, de los proyectos que la gente
presenta en la red? Creo que nos podríamos beneficiar todos, y la verdad ha de
imperar o prevalecer por encima de intereses personales o particulares de
pequeños grupos perversos.
Lo que os digo lo habéis podido
comprobar con una pasada por You Tube, por ejemplo. Os abordarán cantidad de
temas diversos, propuestas y soluciones impensables, algunas parecen venidas de
otras partes del Universo; pero no hay que asustarse sino investigar, llegar
hasta los autores, ver físicamente los inventos, estudiar el beneficio que
reportaría a la humanidad y compensar económicamente a sus autores para poder
disponer de la patente y fabricar o componer el artefacto de que se trate.
¿Cuánto nos estamos perdiendo por la rigidez de un sistema prohibitivo,
sancionador y dictador?
Hablan de máquinas, de remedios,
de terapias alternativas, de energías igualmente alternativas. Hablan de
plasma, como energía del Universo, infinita e inagotable que se puede capturar
y hacer uso de ella. Hay tanto que desconocemos, que nos hace parecer perfectos
analfabetos, y todo lo que se nos ocurre decir es que todo es mentira porque
nos da miedo salir de la zona de confort. Solo podremos negar la eficacia de
las cosas cuando haya equipos humanos especializados que, objetivamente y
libremente, sin presiones de ninguna parte, puedan investigar y comprobar el
rendimiento y los resultados de los “milagros” anunciados en la red. Por un
lado obtendremos el aprovechamiento de todo lo que nos beneficie y, por otro
lado, se delatarán públicamente las falsedades difundidas por la red.
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