Ayer una amiga me remitió un
whatsapp que contenía un chiste antiguo, que refleja la realidad de lo que ha
sucedido con los dineros públicos de este país.
El chiste hablaba de un alcalde
que cita a varios licitadores para que expliquen en qué consisten sus
presupuestos para pintar el ayuntamiento. Llega el primero (el chiste hablaba
de nacionalidades y etnias, lo cual lo obviaré para no ofender a nadie) y dice
que su presupuesto son tres millones, la mitad de esos tres millones es para
comprar pinturas y la otra mitad para mano de obra.
Llega el segundo licitador y dice
que su presupuesto es de seis millones, dos para comprar pintura, dos para
comprar brochas y dos de beneficios.
Llega el tercero, que lo pone el
chiste como el más listo de turno, y presenta un presupuesto de nueve millones.
Al explicarlo dice: “tres millones para ti, tres millones para mí, y con los
otros tres millones contratamos al del primer presupuesto, al que lo iba a
pintar por tres millones. Aquí tenemos al personaje del corruptor y el
corrupto, los que tienen, han tenido, y tendrán si no cambian las leyes, un
papel protagonista en el arruinamiento de este país.
Esto se fundamenta en un chiste
que refleja la verdad de cantidad de tratos, negociaciones, acuerdos, de los
que han surgido numerosas comisiones abonadas por todos los españoles y
españolas, que han ido a parar al bolsillo particular de algún golfo. Concejales,
Ministros y demás chorizos, no todos, que han ocupado cargos de relevancia y
han tenido que intervenir en negociaciones o han tenido contacto con
empresarios de la mafia constructora, urbanística o de redes viarias,
infraestructuras de algún tipo… se lo han llevado calentito a nuestra costa.
¿Por qué carecemos la ciudadanía de mecanismos para expulsar a los traidores
como estos?, ¿por qué nadie en el circo nacional parlamentario habla de dotar,
inmediatamente, a la ciudadanía de los medios necesarios y legales para
expulsar a ciertas aves de rapiña posadas en los brazos de los sillones de la
bancada azul? Bla, bla… bla, echo de menos la política incisiva, tajante,
eficaz e inmediata; la otra, la de mentira ya la tenemos a diario.
Ayer me refirió alguien que Rajoy
se iba a ver con Donald Trump, supongo que será así, porque ya no me molesto ni
en buscar la noticia, no me interesa. De cualquier modo, lo que fue inevitable
es que lo primero que se me vino a la cabeza es que ya va a estar el baboso a
los pies de Trump, como lo está a los de Merkel. A mí no me dicen nada esos
movimientos… son relleno. Lo mollar es lo que sucede aquí, en España, y dar
soluciones a todo esto me tendría a mí todo el día ocupado si fuera presidente
de mi país. No tendría tiempo para fotos y tonterías como las que hace el
baboso y su cuadrilla de mafiosos. Dar soluciones a los problemas que padecemos
en gran medida por la conducción negligente y saqueadora que ha marcado el PP
desde hace años, le llevaría a cualquier persona honesta, sensata e integra más
horas de las que se puede disponer al día. Igual ha sucedido con el PSOE y el
secuestro de la justicia por parte de ambos. A los grandes cacos del circo
político no se les lleva ante la justicia, se tarda tanto que a Rato le da
tiempo para poder afirmar, chuleando, que por tal o cual asunto ya no le podrán
juzgar porque ha prescrito… que es lo que van haciendo, alargando los
procedimientos para que llegue este salvoconducto injusto… el delincuente queda
libre de sus robos y delitos. Todo es mentira, nos hacen vivir mentiras, nos
cuentan constantemente mentiras, casi ninguno de los que conocemos y ocupan
puestos destacados valen para nada, de lo contrario si tuvieran vergüenza se
irían de la mafia, de la inquisición y de la dictadura en cubierta. ¿Cómo está
la ciudadanía? – Saqueada, secuestrada, retenida, empobrecida y teniendo que
cumplir los mandatos de la dictadura política maquillada de democracia.
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