Estamos a prueba, se suceden
situaciones unas detrás de otras que son coincidentes, que no terminan de
avanzar, parece que no van en la dirección que a priori sería deseable, pero se
están planteando de un modo determinado e inesperado. Cierto que cualquier resultado
siempre es una posibilidad, pero últimamente hay un cúmulo de circunstancias,
un tanto imprecisas o que se alejan del objetivo. Estoy seguro por lo que estoy
viendo y percibiendo, que no se trata más que de un modelo para
perfeccionarnos.
Visto desde afuera o ajenamente,
si contara cada situación de las que he vivido en los últimos quince días,
alguien podría pensar: “¡vaya putada, no sale ni una derecha!”, pero algo está
sucediendo como digo porque lo vivo con tranquilidad, con cierta distancia de
la cosa y no me afecta, es como si dijera: “bueno, ya se arreglarán las cosas
pendientes o, todo va a cambiar y se van a resolver”. Por eso digo que parece
una prueba de paciencia, el examen para aprobar la asignatura y, afortunadamente,
las circunstancias no me han sacado de mis casillas… estoy satisfecho por ello.
Además todo ello ha venido envuelto en la dedicación de bastante tiempo de
ayuda a los demás, muy posiblemente sea esto lo que neutraliza o compensa el
desequilibrio o la frustración que se podía sentir de ver que las cosas salen
de un modo inesperado o diferente. Aun así, reina la calma, no me puedo quejar.
Todo está cambiando, todo se está
tambaleando, por llamarlo de algún modo. Estoy yendo de un extremo a otro,
pasando por los estadios intermedios, los estoy acogiendo con normalidad,
rompiendo mis propias reglas, normalizando en cuanto puedo pero sin perturbarme…
me siento bien, que es lo mejor. Vivo aceptando sin perder de vista otras
opciones, sin prisas, sin agobios, sin ansiedad de ningún tipo. Veo como el
momento actual, apenas estás en el presente te lo pone delante de tus narices.
Los mensajes están más frescos que nunca y con los ojos abiertos, los ves. La
energía de la vida, la magia, está más activa que nunca, al menos que en los
últimos tiempos o a mí me lo parece. Te llegan números, palabras, y a la vuelta
de la esquina te llega una información que cierra el círculo o mensaje.
Comprendo que hay cantidad de
gente muy escéptica que no cree en nada y me parece bien. Uno de los grandes
maestros espirituales que han existido, Krishnamurti, insistía en que debemos cuestionarlo
todo, cualquier creencia, cualquier información, las palabras de cualquier gurú;
él no creía a ninguno, no creía en ninguna religión y se lo cuestionaba todo, y
era uno de los grandes seres espirituales que la Tierra ha conocido. Por tanto,
cómo no voy a comprender a esas personas que no creen en nada, que no se
cuestionan qué somos o quiénes somos, si tenemos algo que ver los unos con los
otros, si somos energía, si estamos aprendiendo y evolucionando, etc. Por
supuesto que su libertad me merece todo el respeto, pero con la misma libertad
me siento para expresar lo que pienso, mis convicciones, que son mías y no quieren
decir que sean ciertas ni que nadie las tenga que creer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario