Reciclar, una moda que queda muy
bien, y digo una moda porque los postizos me gustan bien poco. Reciclar es un
maquillaje que no soluciona nada o casi nada, tan solo sirve para que en los
puntos de recepción de basuras, desperdicios, etc., se hagan los trabajos con
muy pocas personas. Tan solo hay que mirar qué se recicla para comprender
cuánto está mirando la Administración por el bien de la ciudadanía y por su
salud. Se reciclan cientos de miles de envases plásticos que antes contenían
productos basuras, azucarados y atiborrados de colorantes, conservantes y “E”
de todo tipo. O sea, que no queremos contaminar el Planeta, según dicen para
obligarnos a reciclar, pero no les importa que se contaminen y enfermen las
personas, ¿hay mayor incongruencia?
Ya basta de actuar como borregos,
que es a lo que nos tienen condicionados, y con ello no trato de insultarles,
pero con la introducción del escrito creo que algo habrán comprendido… de nuevo,
otra mentira. La Administración no hace demasiado por cuidar de lo público, de
lo que es de todos, no cuida el medio ambiente y tampoco cuida de la salud de
las personas. De lo contrario, tomaría medidas con las emisiones industriales,
con los vertidos de ciertos fabricantes, multaría cuantiosamente a aquellos
cuyos productos aparecieran abandonados en zonas de recreo, campos, caminos,
arcenes, etc. Procurarían que todos los fabricantes tuvieran que hacerse cargo
de sus productos viejos, caducos e inservibles. Por el contrario, les dejan
hacer su negocio y nos endosan el muerto a nosotros. La ley tendría que obligar
a los señores empresarios a retirar productos viejos para servir los nuevos, y tendrían
que correr con los gastos de la eliminación y reciclaje de sus productos
obsoletos; esto es comenzar con buen pie, con lógica y sentido común… esto sí
que es reciclar a lo grande, no que yo coja tres botellas de plástico y las
meta en su respectivo contenedor. De la otra forma, se podrían limpiar y volver
a reutilizar, se emitiría muchas menos emisiones al medio ambiente, se utilizarían
menos recursos para obtener nuevas botellas, etc. Todo es ventaja, pero esto no
le interesa a la Administración; ella como siempre solo está interesada por
someter a la ciudadanía a sus normas y dictados.
Enerva saber el fondo, meterse
más en el interior del conflicto, desvelar la verdad de todo esto, ¿eh? Cojan
las etiquetas de un simple jamón cocido, ¿qué ha permitido la Administración
que incorporen al alimento, si es que es alimento? Sorpréndanse de leer las
etiquetas y después comprenderán lo permisiva que es la Administración con sus
amigos los fabricantes, los empresarios y cuánto tratan de imponernos a
nosotros. Al mismo tiempo podrán comprobar cuánto quieren hacer creer que se
preocupan por el medio, y cuánto se despreocupan de nuestra salud, ¿entonces,
de qué están hablando? Cuando me coge bien separo y cuando me acuerdo de que
hace falta paliar el paro, no reciclo y en paz. Reciclar es una nimiedad
comparada con el daño que se le produce a la humanidad por el desinterés y la
permisividad de los que nos gobiernan.
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