El Presidente de la Diputación de
Alicante anuncia su intención de hacer unos veinte campos de Golf y yo tiemblo
de miedo. Cada vez que un político anuncia obras comienzan a abrir los
bolsillos para llenárselo y los precios se abultan considerablemente… ¡miedo me
da! Estas gentes elitistas, que no son de la clase trabajadora solo piensan en
ambientes que le den juego a ellos, pero no se les ocurre poner varias
industrias para ir paliando el paro… eso es asunto de otros, eso se lo
encomiendan a los empresarios para que estos lo hagan como mejor les interese.
Los proyectos no han de ser los
que consideren los señores políticos sino los que elijamos la ciudadanía, ya
está bien de seguir a los pies de los caballos, el poder ha de retornar a la
gente, a la población y no a esa clase selecta y encumbrada, que destaca por
encima de todos y del bien y del mal. Ya estamos hartos de soportarles y de que
nos roben, no creemos en ellos, no nos representan y deseamos que se pongan a
nuestro servicio y no al de los que tienen dinero. No queremos políticos que se
venden, que se dejan comprar por un puesto en un Consejo de Administración de
una multinacional. No queremos políticos que benefician a empresarios y no a la
población española. No queremos a políticos que despilfarran nuestro dinero, lo
regalan o lo sacan de circulación por la puerta de atrás. No queremos políticos
que siguen haciendo leyes contrarias al bienestar de la población. No queremos
que nos dicten las normas, personas cínicas, embusteras e incoherentes que nos
dan de lado al tiempo que arropan a los delincuentes de su bando. No queremos
mafiosos en los gobiernos, ni en el central ni en el de ninguna región
española. No queremos lidiar con fiscales que hacen el papel de abogado
defensor de los chorizos cercanos al partido del Gobierno o a la monarquía. No
queremos que los políticos sean los que elijan a los jueces y fiscales que les
tendrían que juzgar a ellos en caso de que cometieran delitos. No queremos
políticos que solo saben actuar por despecho o venganza contra la ciudadanía.
No queremos más políticos que no nos dejen expresarnos con absoluta libertad,
ni los que dirigen a las fuerzas del orden, contra nosotros, para que no
podamos exigirle dignidad.
Los gobernantes han caído tan
bajo que se llegan a confundir con el fango de la calzada. Estamos conociendo a
uno de los partidos más manipuladores de los últimos tiempos, sobretodo, por
que han tenido que mover demasiados hilos para ponerse a salvo de la bestial
corrupción que han generado. A veces, con tal de salir impunes, actúan
descaradamente, a plena luz del día, delante de nuestras narices, con premeditación
y alevosía. La ciudadanía ha comprendido que está maniatada, que es así como
los políticos que han gobernado nos han retenido, es el espacio que nos han
dejado, el de la aparente libertad de movimiento, pero sin poder alguno de modificar
casi nada. Podemos protestar, pero las cosas solo se cambian si acceden ellos,
a nosotros no nos han dejado ningún mecanismo para hacerlo. No podemos incidir
directamente en la vida política, en los decretos que el Gobierno proyecte
sacar, en la forma de vida que dispongan los señores de los escaños del
Gobierno. La política nos dirige a todos pero comandados por una minoría, ¿hay
algo más injusto?
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