Con qué facilidad roban
ordenadores y documentos que son pruebas contra gentes de peso del PP,
imputados en diversos casos de corrupción. Entran en los juzgados y se llevan
cajas de documentos sin que nadie les vean. Entran en empresas públicas y hacen
lo mismo sin ser detectados. Aquí hay un complot y un cachondeo al mismo
tiempo, que es increíble. Los jueces piden documentos y no se los facilitan,
tienen que mandar a la Guardia Civil a hacer registros y que traigan todo
cuanto encuentren relacionado con el caso en cuestión. Otras veces, como
estamos viendo, los quitan de en medio descaradamente y no pasa nada. Yo soy
muy drástico en estos casos, porque es fácil entender que el implicado o
inculpado es el primer interesado en que esos documentos que le acusan, que son
pruebas contra él, desaparezcan. Por tanto, el investigado, probablemente y
presuntamente, está detrás de la desaparición de los documentos, del robo en
cuestión. Si yo fuera el juez, emitiría una orden para que el imputado fuera
detenido y encerrado, haciéndole ver que estaría en aquella situación hasta que
aparecieran los documentos robados. Ya veréis si aparecen o no. Por la cuenta
que le trae al implicado, aparecerán más bien pronto que tarde. Si no es así,
ya sabe que no saldrá de prisión.
Hay que acabar con este flirteo
que se traen los que se creen impunes frente a la justicia. Hay que tomar
medidas serias contra el cachondeo de algunos sinvergüenzas. Hay que cambiar
las leyes y con esa gente, en lugar de presunción de inocencia, ante esos
actos, habría que aplicarle: presunción de culpabilidad. Hemos tenido ocasión
de comprobar que muchos políticos, no todos, son una banda mafiosa al servicio
del dinero, sin importarles lo más mínimo el deterioro de las Instituciones, el
empobrecimiento de la población, el despilfarro del dinero público y traicionar
a la ciudadanía. Podemos deducir que están en política porque han hecho de la
misma una vía para robar y enriquecerse, esto ha quedado totalmente demostrado…
una buena parte de los políticos son unos pedazos de chorizos… así con todas
las letras. Faltan leyes drásticas para aplicar en estos casos. Hay que
eliminar la prescripción de delitos bajo la cual se escudan y se esconden
muchos. Hay que castigar severamente los delitos contra los intereses de los
ciudadanos, contra el bien común, contra los dineros públicos. Hay que imponer
condenas ejemplares a los que habiendo sido cargos públicos se aprovecharon de
su posición para traicionar, hay que juzgarles de alta traición.
Las leyes puestas por políticos,
protegen a sus autores, los abogados saben mil triquiñuelas para burlarlas, y
en lugar de trabajar para que todo sea legal, estudian la forma de aconsejar
para saltarse las leyes sin ser castigados. Necesitamos un país nuevo, con
leyes nuevas, con políticos nuevos, honestos, sensatos, íntegros y, sobretodo,
voluntarios y vocacionales, que no les tengamos que pagar, que tengan sus
profesiones, que sea a lo que se dediquen pero que hagan política por vocación
de servicio público y por amor a la gente, a su región y a su país. Necesitamos
un milagro para librarnos de las garras de la mafia gobernante y de todos los
hooligans que les jalean para que sigan delinquiendo.
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