Hoy es Noche Buena, por darle un
nombre cultural con el que nos han programado, el caso es que el comercio hace
su Agosto particular con las fiestas… único sentido que tiene para ellos,
celebrar el ascenso de las ventas. La publicidad se vuelve loca en los medios
de difusión, en las pausas de las programaciones nos ponen de colonias y
perfúmenes hasta donde dijimos. Ahí vale todo: la mujer objeto y el hombre
objeto, hay uno en el que la mujer le termina cogiendo el culo al hombre que se
echa sobre ella, si un anuncio fuera al contrario y, en público, el hombre le
cogiera el culo a la mujer, no sé dónde llegarían las voces feministas. Yo como
no me fijo en las marcas porque me tienen aburrido, pero para que identifiquen
el anuncio, os diré que ambos llevan ropa de baño blanca, ella espera recostada
en una pequeña barca, debajo de un acantilado desde el que se lanza el chico.
Ahora, supongo sabrán del anuncio al que me refiero.
Hay millones para gastar en
publicidad porque se esperan recaudar muchos más millones de los que se
invierten y, de nuevo, tengo que dirigir mi mirada hacia los que no pueden
comprarse ni un botón, aquellos que no saben qué almorzarán y, mucho menos, que
van a cenar… antes tendrán que dedicar el día a buscar por los contenedores.
Soy muy pesado con esto porque mi mente y mi corazón no se olvidan de ellos y
ellas, yo voy con lo de aquí pero sin dejar de pensar en ellos y en lo injusta
que es la sociedad que sustentamos entre todos, una sociedad de clases, una
sociedad consumista, una sociedad que se olvida de los que menos tienen, una
sociedad que excluye y de la que todos somos responsables de alguna manera. Una
sociedad que es capaz de dar individuos ineducados y peligrosos que son capaces
de prender fuego a indigentes o molerlos a palos porque, deben pensar, afean
sus ciudades. Una sociedad en la que sus políticos no hacen todo lo que pueden,
sencillamente, porque van en una
dirección contraria, movidos por intereses diferentes a los de la ciudadanía.
Unos políticos que roban en todas las ocasiones que se les brindan, apenas
tienen oportunidad se adueñan de lo que es de todos. A pesar de todo esto hoy
es Noche Buena, un día de amansamiento religioso, cuando todos los días
deberían ser excepcionales, porque todos nos dan la ocasión de amarnos, de
pasarlo bien, de aprender, de hacer lo que más nos guste, de abrazar a nuestros
semejantes, de ser mejores personas, de ayudar a la humanidad para que todos
vivamos mejor, etc.
No me gustan las tradiciones, me
cansan, son el día de la marmota, una repetición continua durante toda la vida,
el tercermundismo en las calles, perdónenme, es como lo percibo; nada
importante desde mi punto de vista, puesto que, como dije antes, cada momento
es especial si se está atento y se vive en toda su intensidad. No hacen falta
las fiestas consumistas programadas, en una sociedad que fuera brillante no
haría falta hacer fuego o encender una luz un día. Esto va de otra cosa y hay
cantidad de ignorantes, inconscientes o malévolos personajes, que propician la
fragmentación, la división, el alejamiento, el desamor, la falta de respeto, el
odio y el olvido.
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