Ya queda menos para que los
partidos ingresen las donaciones forzosas que les vamos a tener que hacer,
amparados en la ley que ellos mismos han hecho para trincar. Ahí sí que trincan
todos, ¡ah, se siente, lo dice la ley!, hacen cuenta… en función a los
diputados que consiguen, equis miles de euros a la caja… ¡vivan las elecciones!
Mi mente que debe ser tonta o de
otra galaxia, como me decía mi madre cuando era pequeño, entiende que se pueden
hacer las cosas de otro modo. Las elecciones no son imprescindibles cuando las
personas que intervienen en el proceso de dirigir son integras, honestas e
inteligentes. Pero cuando hay tanta falsedad, ignorancia y sinvergonzonería, no
hay elecciones que curen tales males. Solo hay cambio de caras aunque, rara
vez, de comportamiento. Todos van llegando y se van encontrando con el sistema
blindado de privilegios que los políticos han creado para sí, y a meter mano se
ha dicho. Casi todos llegan arriba y hacen lo mismo… venderse a los poderes
monetarios, doblegar la soberanía a los mandatos de esa gente, lo que es igual que
traicionar a la población española y robarles cuanto pueden. De paso, ponen
jueces y fiscales a su gusto y se procuran toda la impunidad que les sea
posible. Ahora el periodismo está mucho más atento y les deja en evidencia, un
día sí y otro también. Sus vergüenzas se ponen al descubierto y la ciudadanía
sabe de parte de la podredumbre que los gobiernos y sus partidos van acumulando
debajo de las alfombras de todas las Instituciones. Las alfombras dan la
sensación de ser de mejor calidad de lo que son, pues al pasar son demasiado
mullidas, pero no es más que la capa de mierda que albergan debajo.
Si a la entrada a las
Instituciones se instalaran unos arcos de detección de embusteros, embaucadores,
y sinvergüenzas, la mitad de los políticos no podrían entrar en los centros de
trabajos públicos. Los arcos les impedirían la entrada o, bien, estarían todo
el día pitando al paso de personajes indeseables y traidores de la patria.
Sería terrible, una catástrofe, habría más políticos haciendo cola a la entrada
de los edificios públicos que en la puerta de las oficinas de empleo. Por cierto,
no sé por qué se les llaman oficinas de empleo… será de desempleo, pues todos
los que hacen cola están desempleados. Tenemos todo lo necesario para crear un
Estado moderno, próspero, suficientemente industrializado, progresista, con
un buen nivel de avance tecnológico y de
investigación. Tenemos gente preparada y con ganas de trabajar, mejor dicho,
con necesidad de trabajar y tener un futuro. Un futuro que los ineptos
gobernantes les están negando, debido a su conducta negligente y su pésima
gestión de lo público. Se pueden hacer otras cosas, pero para ello no hay que
estar secuestrado y comprado por los poderosos: empresarios y banqueros, grupos
de inversión, etc. Muchas de las medidas legisladas por los gobiernos que hemos
tenido, atendían a los intereses de esas corporaciones y no a los propios de la
ciudadanía española, esa es una maldad que se la atribuyo a nuestros
gobernantes.
En definitiva, las elecciones no
son el instrumento para solucionar nada, si los que salgan elegidos de ellas
tienen una escasa integridad como persona. Eso lo demuestran ya, vamos, que lo
han demostrado, ¿alguno de ellos, de los que se presentan el 21D, renunció a lo
que interesa a sus partidos para anteponer lo que necesita la ciudadanía? Creo
que no, que ninguno lo hizo, el sueño es ser presidente de todos los catalanes,
alzarse con la victoria, dominar, tener poder y con ello imponer. No hay más,
no se engañen. Veremos la incapacidad para pactar al día siguiente a las
elecciones, como ocurrió con las elecciones nacionales para el Gobierno central
de España. Hubo mucho bloqueo y no entendimiento, ¿saben por qué sucede esto?,
porque cada uno trata de arrimar las ascuas a su sardina. No llegan a
comprender que el centro de su gestión, la razón de ser gobernantes de una
región es el progreso de esa región y la mejora de las condiciones de vida y
trabajo de su gente. El objetivo ha de estar puesto en eso y en nada más. El
sacrificio es por todos, por la ciudadanía, no por sus partidos… y de eso no se
han enterado ninguno. En esa otra calidad de persona y mente, no hacen falta
elecciones para hacer que las cosas funcionen, sean justas y equitativas. Solo
es necesario arrimar el hombro olvidando colores y siglas, y trabajar
conjuntamente por el bien público… no hay nada más que hacer, pero los
políticos se inventaron un tablero de juego, para que la partida les de poder y
dinero. El poder y el dinero que nos roban a nosotros.
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