Todos, como seres humanos, nos
merecemos vivir mejor. No hay nada que no sea, si nosotros no lo hubiéramos hecho
posible, me refiero en el plano de organización social. Nosotros no hemos hecho
un árbol, aunque algunos investigadores sí que habrán modificado genéticamente
algunos de ellos para cambiar sus frutos o su apariencia… no lo dudo, pero voy
a la base de nuestro esquema de vida, que esa sí que la hemos organizado o,
desorganizado, como cada uno la quiera entender, pues en muchos extremos así ha
sido.
Es urgente e imprescindible
amueblar las cabezas y llenar de amor los corazones, hasta podernos mirar a los
ojos diciéndonos: te quiero. Hasta ser conscientes de nuestros actos y evitar
hacer daño a los demás, no hay nada que lo justifique. Hacerlo es hacer uso de
una maldad que rompe el todo que componemos la humanidad. Todos deberíamos
cuidar de todos, porque somos un ente viviendo esta existencia sin conocimiento
del sentido mismo de este paso por este espacio-tiempo. No somos seres
realizados, pero tenemos la posibilidad de conseguir actualizarnos para vivir
en plenitud, aunque haya muchas personas que ignoran este extremo, e incluso,
no hayan oído nada al respecto. Que haya quien no ha escuchado nada de esto, no
quiere decir que no exista, en todo caso, no existe para él.
La vida es una gran experiencia
que nos da la posibilidad de aprender lo bueno y lo malo, por usar unos
términos que todos conocemos y usamos habitualmente, aunque solo sean
situaciones diferentes, solo que unas nos van mejor que otras. La vida es una
oportunidad para hacernos más conscientes y poder cambiar hacia una persona
mejor. La vida encierra una magia, una parte mística, que tal vez puedas estar negándola
toda tu existencia, pero no por ello deja de estar presente cada día… algunos
le llaman casualidad. No deberíamos seguir distraídos, pues mientras estamos
ausentes la vida pasa por nuestro lado sin enterarnos. Cada decisión nuestra
debiera ser lo más auténtica e impecable que nos pudiéramos permitir. Cada decisión
nuestra debe perseguir el bien no solo nuestro sino de todos los seres vivos, a
ser posible. Quiero decir, que cada vez que hagamos algo tratemos de hacer el
bien y, que desistamos apenas detectemos que pudiera perjudicar a alguien. Si
todos actuáramos así, la confianza volvería a nuestras vidas y a nuestras
relaciones con los demás, el sentido de unidad se haría más patente. Todos
debemos cuidar de todos porque, como dije, somos un todo… la humanidad, algo
que algunos ignoran, desgraciadamente.
Esos ignorantes son los que
legislan contra la humanidad, perjudicándole. Ellos son los que ordenan, desde
su locura, acciones que se convierten en masacres, destrucción, en muerte en
definitiva, ¿habrá algo peor que conspirar contra la vida? Somos seres vivos y
no tenemos derecho a quitarle la vida a ningún ser vivo, en toda la extensión
de la palabra. Nos hemos equivocado y pagaremos sus consecuencias, porque las
acciones que se realizan tienen ciertas repercusiones de las que no nos podemos
librar, una vez puestas en marcha. Somos inteligentes, pero a veces, muchas
veces, muchos no lo parecen.
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