Lamentablemente la política se ha
convertido en un problema, tenemos que estar hablando de ella todo el día, las
redes arden, todos la critican desde un punto de vista diferente, pero la
critican. Nos cuesta el dinero, no solo lo que cobran los políticos sino todo
aquello que despilfarran o malversan, lo que regalan y lo que roban, que de
todo hay un poco. Los políticos han perdido la credibilidad, siento meterlos a
todos en el mismo saco, pero ellos se las ingenian bien para no denunciar a los
de al lado, convirtiéndose en cómplices de las fechorías de aquellos. Son un
problema cuando deberían ser parte de la solución de los problemas que nos
afectan a todos. No hay vocación de servir al pueblo sino de servirse de él. Se
viene a la política, como hemos podido comprobar en casi la totalidad de los
que han llegado, para imponer sus reglas, hacer prevalecer sus intereses, sacar
a delante sus negocios y enriquecerse.
Los políticos, casi todos, juegan
sucio y a espaldas de la ciudadanía, nos traicionan a todos y todas. Pactan
asuntos que perjudican a la población o se quedan cortos a sabiendas, no
beneficiando todo cuanto se podría a la gente. Se han erigido en más patriotas
que nadie, pero solo de palabra que no de hecho, pues casi todos defraudan al
fisco y se llevan los dineros a paraísos fiscales. Saben que hay gente
adinerada y grandes empresas robándonos a todos, mediante una ingeniería fiscal
que los políticos permiten que exista mediante sus leyes, que al fin y al cabo,
lo que permite es que los que más tienen paguen menos. Son así de injustos, se
niegan a dar a conocer a la población la lista de los que nos roban cada año.
Les protegen a esos defraudadores, evitan desenmascararlos, se convierten en
sus cómplices como dije antes… son parte del problema, ¿lo ven? Nunca cogen el
toro por los cuernos, no tienen interés por legislar por derecho, siempre dejan
salvoconductos para los chorizos habituales, para los corruptos y los sinvergüenzas
de guante blanco, como son: la prescripción de delitos, los aforamientos o los
palos en la rueda que se les pone a la justicia para que los casos se demoren
una eternidad.
Los políticos suelen mentir más
que hablan, suelen ser incumplidores de su palabra, la dan en muchas ocasiones
y la incumplen en otras muchas más. Suelen ser incoherentes, faltos de sentido
común, falsos, embusteros, no tienen credibilidad alguna, falsean los
curriculums, no se comprometen con la población, nos saquean apenas tienen la
oportunidad de hacerlo, sus medidas son del todo insuficientes, solo maquillan
las situaciones o los problemas, nos sirven de poco o casi nada. Ellos saben
que mantienen con vida un sistema que nos oprime a nosotros y les proporciona
privilegios y beneficios económicos a ellos. Es un sistema amañado y corrupto
que les va muy bien para vivir como viven, como aves de rapiña, que es lo que
son la mayoría. En estos momentos siento asco de la clase política casi en su
totalidad, porque los signos o los colores no me importan, me importan las
gentes de este país, me afectan sus problemas y soy consciente que los
políticos hacen bien poco y muy lentamente para dar ese maquillaje al que me
refería antes. Nunca hay dinero para paliar los problemas que afectan a la
ciudadanía, pero sí hay para todo aquello que por su cuenta ellos se proponen:
rescatar bancos, rescatar autopistas, hacerse responsables de perforaciones
fallidas, pagar la defensa de un juez que insulta a título particular y de
otros asuntos que cualquier persona en su sano juicio sabe no le corresponde
pagar, pero los gobiernos son muy esplendidos para con las empresas de
amiguetes, dando el dinero que es de todos y hace falta para pagar otros gastos
más necesarios y urgentes. La traición de los que han gobernado ha sido, y es,
enorme, pero nadie hace rodar cabezas porque el sistema está podrido de arriba
abajo. Esto es lo que hay, si quieren miren para otro lado o táchenme de lo que
quieran, pero recopilen información y verán que nos han ido dando por todos
lados, y una detrás de otra. Aún no me explico cómo hemos podido llegar a este
punto en el que estamos: pagamos la fiesta entre todos, pero la fiesta la
dirigen unos pocos, se pincha la música que ellos quieren, se bebe y se come lo
que ellos quieren, empieza y acaba cuando ellos quieren… nosotros como
calzonazos consintiendo que sigan mandando esa partida de inútiles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario