Una vez más podemos ver el
nerviosismo rebosante que destilan los partidos políticos con el tema de las
elecciones. Empieza la lucha, la rivalidad por los votos, C’s en Andalucía
presiona al PSOE porque quiere que se celebren elecciones cuanto antes. Al PSOE
central también le presionan para que Pedro Sánchez las convoque en el menor
tiempo posible, les esperan para cuando quiera que le aprueben los próximos
presupuestos, tratarán de tumbárselos y que se vea obligado a convocar
elecciones. Ya no hay problemas, ya nadie sufre, ya la ciudadanía ha sanado de
todos los males a la vista de los políticos, que se focalizan, únicamente, en
los votos… todos quieren ser los más votados, como digo frecuentemente, para
imponer sus políticas, a lo que me pregunto: ¿si todos desean lo mejor para la
ciudadanía, cómo es que cada uno quiere hacer una cosa diferente?, ¿por qué
nunca el planteamiento es unirse todos para hacerlo posible, de una vez por
todas?, ¿desconocen el sentido de la solidaridad y la cooperación?
La política se está convirtiendo
en un pasatiempo muy caro por el que pagamos un precio muy elevado, en todos
los sentidos. La política nos tiene entretenidas las mentes, al menos a los que
les echamos cuenta, pero solo es eso, entretenimiento, no nos permite
interactuar; apenas logramos colarnos por alguna grieta, ellos se defienden
sacando alguna ley que va en nuestra contra, así ocurrió con los escraches, con
el 15M, así sucede con cualquier modalidad de protesta o manifestación que no
les guste… Ley Mordaza, sanciones desorbitadas, ¿para qué?, para acojonarnos…
esa es la democracia que nuestros políticos entienden. La política está como
para liarla bien y arrojarla al cubo de la basura, después de todo, casi
ninguno vale ni un duro, casi todos se han emborrachado con el cargo y la
distancia que él le ha permitido con respecto al resto de la población. Se
sienten protegidos por el sistema corrupto y de privilegios que ellos mismos
han tramado y tejido. Ser un tiempo político te transporta a un mundo paralelo,
al margen de la ciudadanía y de sus problemas, te codeas con empresarios y
banqueros, te visitan representantes de grandes fortunas para asegurarse que
vas a gobernar como a ellos les interesan. Te guían, te conducen, te inducen,
te compran, te vendes, te ofrecen un futuro que casi nadie puede conseguir si
no ha pasado por altos cargos políticos; así gobiernan esas personas desde la
sombra, sin ser votados por el pueblo, así es sometido el pueblo a los dictados
del capital más salvaje.
Cualquier cara que nos pongan
sigue siendo una veleta sin rumbo ni dirección hasta que le dan las consignas.
Es entonces cuando comienza a legislar sin perder de vista los límites marcados
por los adinerados, potentes empresarios o banqueros, que le hicieron la visita
de rigor, casi siempre en secreto… esa es la transparencia de la que gozan
nuestros políticos. Ni siquiera podemos asistir a las reuniones de Ministros y
Ministras, las celebran a puerta cerrada y después nos cuentan lo que les
parece. Ni siquiera tenemos derecho a conocer la identidad de todos los que nos
roban… parece secreto de Estado. Nosotros estamos para aportar nuestro dinero y
nuestro trabajo al sistema, para lo demás no nos necesitan. Mientras tengamos
políticos cobardes como los que hemos tenido y tenemos, preferirán someterse a
los poderes monetarios y llevarse una buena parte, antes que hacerles frente,
desenmascararlos, denunciarlos públicamente, desobedecerlos y ponerse del lado
de la ciudadanía. La ciudadanía les da problemas, y los poderosos les dan
fortuna, fama y parecen endiosarles, sus egos se alimentan y ellos se vuelven
vanidosos, avariciosos y prepotentes. No se puede servir al dinero y al pueblo
al mismo tiempo, o se está con uno o con el otro, es cuestión de humildad, de
sentimientos, de corazón y de honestidad.
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