Tenemos
trabajo José, no es que sea el mejor del mundo, pasamos cantidad de calor, nos
bebemos toda el agua con la que podamos cargar y el gazpacho además. Hasta que
se torció el asunto con los dos compañeros que han puesto de patitas en la
calle, nuestro jefe parecía apreciar nuestra labor, pero vaya dos días que
llevamos, a este tío se le ha torcido algo, lo más seguro sea un tobillo, que
es lo más probable con el terreno pedregoso por el que nos tenemos que mover.
Hacemos buen
equipo José, Javier también es un tipo competente, vamos a seguir hasta que se
inventen otra historia como la de hoy y nos pongan en la calle, o bien hasta el final de las
instalaciones, porque material sobrante va a haber hasta que se entregue la
obra.
Y ya entrando
a lo profundo del asunto, y sin nombrar a nadie para no herir los sentimientos,
a alguien le vendría bien un tazón de All-bran cada mañana, a ver si con eso de ir al baño con más
facilidad nos deja en paz, acaso no tiene medios para comprobar la cantidad de
trabajo que sacamos cada día… ¡yo creo que sí! Es común que ciertos jefecillos
recriminen cosas injustas a los empleados que tiene a su cargo, porque es la
forma de reivindicarse como autoridad o ente superior dentro de la jerarquía,
seguramente porque no sepa dónde está, quién es, o padezca de un complejo de
inferioridad. Si antes tenía cinco trabajadores a su cargo y ahora solo tiene
tres, problema de los tres no es. Sobre todo, cuando los otros tres están dando
el callo, como coloquialmente se suele decir. El sistema de prevención nos
recriminó que a las dos de la tarde con cuarenta o más grados al sol, haciendo
trabajos que nos requerían ciertos esfuerzos, nos parasemos cinco minutos a
rellenar las botellas de agua y poder dar unos tragos a la sombra; su respuesta
es: “sabéis que este trabajo es al sol y
así está todo el mundo”. No contento con ello, hoy ha cambiado el tercio y
nos ha culpado de estar en una zona de las instalaciones en las que era
imposible haber estado hoy, puesto que nuestro jefe, el mismo que nos persigue “escopeta
en mano” como el que va a la caza del conejo, nos dijo que trabajáramos otra
zona bien distinta a la que nos dice habernos visto, cuál fue mi respuesta: “Lo siento, es cien por cien imposible, solo
hemos estado en la zona que nos dijo él que estuviéramos trabajando”. A
pesar de decirlo con contundencia, el jefe insistió, creo que hasta tres veces…
¿pero no habéis estado allí, echados en la malla que linda con la A-4?, a lo que
le devolví tres veces la misma respuesta:
“es imposible al cien por cien, solo hemos estado donde nos ha mandado”.
Parecía no quedar conforme e insistió: “es
que desde una furgoneta me han dicho que os han visto apoyados en la malla
junto a la A-4”. Ante el empecinamiento le dije que en ese plan, yo les
pedía que me mostrara fotos de que éramos nosotros. Evidentemente, alguien
necesita gafas o tiene muy mala leche, que de todo hay en la jungla de
insensatos en la que se está convirtiendo esta sociedad.
José, estamos
juntos desde el primer día, creo ya nos conocemos un poco trabajando, sabes que
no nos escaqueamos, que tratamos de cumplir lo mejor posible con la tarea que
nos encomiendan, así que yo paso de los malos rollos que le ocupen la cabeza al
que tú y yo tenemos por jefe. Cierto es que este hombre ha pasado en dos días
de apreciar y reconocernos hacer un buen trabajo a sospechar que nos tiramos al
palo, así que tiene tarea que hacer… enfadado ya está y, posteriormente,
apaciguarse y ver las cosas en su justa medida, no siempre va a ser una
realidad: “con quien te vi, te comparé”, cambia el chip, que no se te olvide el
tazón de All-Bran y ya verás que mañana
saldremos a las 13,30 h por ser viernes.
José y Javier,
por si leéis este escrito, me alegro de teneros de compañeros en el curro. Sigamos
así, hemos sido y somos honestos con nuestra obligación, o sea, con nuestra
parte del trato o contrato, y si alguien prefiere pasarse el día elucubrando
conclusiones falsas, es su problema. Vuelvo a repetir lo que dije antes, un
jefe tiene miles de formas de evaluar el trabajo y la actitud de los
trabajadores, pero no puede crear malestar en la plantilla con argumentaciones
tan débiles que se caen por su propio peso, como lo de que alguien cree haberos
visto donde no teníais que estar. Esto
es una broma, ¿no?
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